La montaña rusa. Comedia romántica, España, 2012, 110 min. Dirección:Emilio Martínez Lázaro. Guion: E. M. L. y Daniela Féjerman. Fotografía: Teo Delgado. Música: Roque Baños. Intérpretes: Verónica Sánchez, Alberto San Juan, Ernesto Alterio, Luis Bermejo.

Hubo un tiempo en el que los Colomo, Trueba y Martínez Lázaro de turno quisieron ser modernos, frívolos, cultos y atrevidos en un cine español que todavía olía a rancio y a cartón piedra. Hoy todos han acabado haciendo un cine plomizo, políticamente correcto y academicista o rodando teleseries y anuncios para partidos políticos de programa alternativo sin que se note la diferencia entre una cosa y otra.

A Martínez Lázaro le sonó la flauta del éxito en los noventa con Amo tu cama rica y una década más tarde con El otro lado de la cama que, muy a destiempo, aún tocó algunas fibras generacionales en su ligero formato cómico, romántico y musical. Intentó repetir la fórmula con un remedo mecánico y ahora vuelve a reformular el modelo con una nueva comedia a tres bandas que aspira a resucitar arquetipos clásicos de la lucha de los sexos en un liberado Madrid de asuntos y tendencias de suplemento dominical.

Hacía mucho tiempo que no veíamos unas imágenes tan feas y descuidadas, un desinterés tan palmario por la gramática cinematográfica, un desapego tan evidente por el propio oficio de filmar. Puede que los penosos diálogos, situaciones y personajes del guión no hayan motivado más a un director que parece haber dimitido de sus funciones en plena faena y que no es capaz ni siquiera de filmar con entusiasmo a una Verónica Sánchez dispuesta a enseñarlo (casi) todo.