Crítica 'Minúsculos. El valle de las hormigas perdidas'

Épica microscópica

Minúsculos. El valle de las hormigas perdidas. Animación, Francia, 2013, 83 min. Dirección y guión: Thomas Szabo, Hélène Giraud. Música: Hervé Lavandier.

A mitad de camino entre el documental Microcosmos y dos películas de animación como Bichos u Hormigaz, y basada en una serie de televisión del mismo nombre, Minúsculos… llega desde Francia, donde ha obtenido el César al mejor filme animado, para exhibir el talento de sus creadores, Szabo y Giraud, en su original superficie híbrida que aúna la imagen real fotografiada y la imagen sintética generada por ordenador para contar la aventura de dimensiones épicas de un grupo de hormigas y una solitaria mariquita con expresivos ojos en su empeño por trasladar azúcar y alimentos de un sitio a otro y defenderse de la persecución y el ataque de las violentas hormigas rojas en una de las batallas de insectos más ingeniosas y memorables que recordamos haber visto nunca en la pantalla.

Esta propuesta animada encuentra también parte de su singularidad en el hecho de haber prescindido por completo de voces y diálogos a cambio de una rica banda sonora que pone multitud de efectos, sonidos imposibles (de coches y motocicletas quemando goma o a toda velocidad) y una música sinfónica continua y descriptiva en una fórmula que, sin renunciar del todo al antropomorfismo o a la capacidad de seducción de los más pequeños, sí que desafía al menos el habitual recurso del humor dialogado y la caricatura para confiar mucho más en el gag y la inventiva puramente visuales.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios