Crítica de Cine

Drama sobre tragedia

La actriz libanesa Hiam Abbass (a la derecha) destaca en 'Alma Mater'.

La actriz libanesa Hiam Abbass (a la derecha) destaca en 'Alma Mater'.

Un piso, una puerta apuntalada, una familia y un padre ausente. Fuera suenan las bombas y los disparos de los francotiradores apostados en las azoteas de los edificios colindantes. Podría ser cualquier país de Oriente Medio, si no fuera porque el filme se titula, en su versión original, Insyriated.

La guerra civil siria se convierte así, gracias a la teatralidad de la situación y a su restricción espacio-temporal, en un evidente trasunto de otras guerras en la región, de todas las guerras, parece decir el belga Van Leeuw (El día en que Dios se fue de viaje).

Se trata aquí de mantener la fidelidad a la situación de encierro y al concepto dramático del filme, de hacer del hogar sitiado un escenario para la solidaridad, la dignidad y la resistencia, pero también para el miedo, la crueldad, las renuncias y la miseria humana que acechan cuando la muerte amenaza al otro lado de la ventana o detrás de la puerta.

La gran actriz libanesa Hiam Abbass (Los limoneros) conduce y organiza ese espacio, contiene y silencia la tragedia en espera de ayuda externa, soporta sobre su cuerpo la onda expansiva de la incertidumbre y el horror. Van Leeuw la sigue, escruta el espacio y el tiempo de la espera con soltura y recursos de puesta en escena, aunque el drama sobrescrito, la concentración de desgracias, vejaciones y afrentas, amenaza con resquebrajar la precisión del artefacto: la llegada de un par de violentos saqueadores pone en jaque una película que tal vez no hubiera necesitado forzar tanto sus elementos para seguir sobrecogiendo al espectador sobre los daños colaterales e irreparables de la guerra.

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