Extraterrestre. Comedia romántica-Ciencia-ficción, España, 2012, 90 min. Dirección y guion: Nacho Vigalondo. Fotografía: Jon D. Domínguez. Música: Jorge Magaz. Intérpretes: Julián Villagrán, Michelle Jenner, Raúl Cimas, Carlos Areces, Miguel Noguera.

Otrora cortometrajista de culto, hoy un auténtico fenómeno viral de la web 2.0, Nacho Vigalondo no necesita abuela después de la apabullante campaña de promoción que amigos, colegas, cómplices y críticos (amigos) le han hecho a su segunda película, una comedia romántica ambientada en plena invasión alienígena de andar por casa que trabaja sobre los materiales del absurdo, el extrañamiento y la torsión de los géneros con un económico uso del fuera de campo y sacando petróleo de una producción más bien discreta.

Un peculiar cuarteto amoroso se debate entre el romance furtivo, la fidelidad, los celos y la traición a pelotazos en un apartamento del centro madrileño, refugio circunstancial para el juego de la seducción y la comedia de enredo con sabor a melocotón en almíbar vigilado desde el cielo por un enorme platillo volante.

Como ya ocurriera en Los cronocrímenes, Vigalondo estira y retuerce una situación absurda para explorar pequeños gestos y matices o desarrollar secuencias autónomas que buscan el estupor o el desconcierto, creando un tono de comedia fría y surreal al que la presencia de Raúl Cimas y Carlos Areces imprime el inevitable sesgo chanante que preside hoy una de las vetas más estimulantes del cine español.

En todo caso, a pesar de sus actores, siempre en un agradecido e inocente tono de perplejidad dominada, o de una Michelle Jenner arrebatadora, táctil y tridimensional, Extraterrestre acaba por caer prisionera de un cierto estancamiento narrativo resuelto a golpes de elipsis fullera, lastre que acaba por torpedear y disolver su propia extrañeza, algo menos marciana de lo que sus entusiastas seguidores proclaman.