CINE

Adiós a la musa de Chabrol

  • Fallece a los 85 años Stéphane Audran, uno de los rostros más familiares de la 'nouvelle vague'

La actriz Stéphane Audran en un fotograma de 'La ruptura' dirigida por su entonces marido Claude Chabrol.

La actriz Stéphane Audran en un fotograma de 'La ruptura' dirigida por su entonces marido Claude Chabrol. / d.s.

No daba Stéphane Audran (nacida Colette Suzanne Dacheville, Versalles, 1932), fallecida ayer en París a los 85 años, el perfil más ajustado de la nueva actriz y el nuevo modelo femenino de la nouvelle vague, distanciada tanto de ese aire moderno, elegante y sobrio de otras compañeras de generación como Moreau, Riva, Seyrig o Lafont, como de la refrescante juventud pop de las Bardot, Seberg, Deneuve, Dorléac o Karina. Y sin embargo, el suyo es uno de los rostros más recordados y familiares de aquellas dos décadas prodigiosas del cine francés, los 60 y 70, posiblemente la actriz que mejor encarnó una cierta sensualidad valiente, libre, enigmática, fría y peligrosa a través de sus papeles (muchos de ellos mujeres adúlteras) en los melodramas burgueses y policíacos oscuros de Claude Chabrol.

Tras cursar estudios de arte dramático, Audran inicia su carrera profesional en el teatro y debuta en el cine en 1951 en el corto Présentation ou Charlotte et son steak, de Eric Rohmer, con quien repetiría en su primer largometraje El signo del león (1959). Situada en pleno epicentro cahierista y finalizado su breve matrimonio (1953-1956) con Jean-Louis Trintignant, Chabrol la reclama para Los primos ese mismo año. Se casarían tres años después, iniciando una continuada relación personal y profesional que se extiende más allá de su divorcio en 1980 en una memorable serie de títulos: Les bonnes femmes (1960), Landru (1963), La mujer infiel (1968), Las ciervas (1968), posiblemente su papel más recordado por el alto voltaje erótico, premiado en Berlín, El carnicero (1970), La ruptura (1970), Al anochecer (1971), Relaciones sangrientas (1973), Violette Nozière (1978), por la que obtuvo un César a la mejor actriz secundaria, Pollo al vinagre (1985) o Betty (1993), la última de sus 24 colaboraciones.

Pero no sólo junto a Chabrol, además de participar en numerosas series de televisión (Retorno a Brideshead) y telefilmes, Audran fue reclamada por otros directores importantes como Luis Buñuel (El discreto encanto de la burguesía), Bertrand Tavernier (Coup de Touchon), Claude Sautet (Tres amigos, sus mujeres y los otros) o Philippe Labro (Sin móvil aparente), trabajó en producciones internacionales como Uno rojo: División de choque, de Samuel Fuller y El festín de Babette, de Gabriel Axel, o incluso a las órdenes de cineastas españoles como José Luis Borau (Hay que matar a B) o Jesús Franco (Los depredadores de la noche).

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