Arte

El Pompidou revela a Brancusi como artista multimedia

  • El centro inaugura hoy su exposición dedicada al artista rumano, con una abultada selección de su archivo fotográfico.

A Constantin Brancusi se le conoce fundamentalmente como escultor, pero en la exposición retrospectiva que inaugura hoy el Centro Pompidou de Málaga se revela como un artista multimedia que, como tal, se adelantó a su tiempo y vinculó todas las disciplinas que cultivó.

Fue en 1914 cuando Brancusi (1876-1957) comenzó a fotografiar como aficionado sus propias esculturas, insatisfecho al ver cómo los fotógrafos profesionales rompían el efecto que él quería conseguir con sus obras, ha explicado hoy en un recorrido por la exposición su comisaria, Julie Jones. Al artista de origen rumano le gustaba, por ejemplo, colocar sus esculturas en el centro de la sala para que el espectador pudiera girar alrededor de ellas, y sentía que la fotografía acababa con ese efecto. Su amigo Man Ray le ayudó a perfeccionar su técnica en la fotografía, y estas imágenes ayudaban a Brancusi a entender sus propias esculturas, además de mostrarlas a los coleccionistas extranjeros y explicar cómo debían ser colocadas en las exposiciones.

A lo largo de su carrera reunió 1.600 fotografías que hoy pertenecen al Centro Pompidou de París tras legar el artista su colección al Estado francés en 1957. Son fotografías imperfectas, en las que frecuentemente hay sobreexposiciones, manchas o rayaduras, lo que denota su carácter no profesional.

La exposición, con fotografías, filmaciones y esculturas, se divide en cinco partes, la primera dedicada al artista, que solía trabajar en solitario, sin asistentes, manejaba todas las herramientas y se dejaba ver en su taller "como una escultura más, porque tenía conciencia del personaje que estaba creando", según la comisaria. El segundo apartado muestra el taller, en el que a Brancusi le interesaba ver cómo las obras "respiraban entre ellas", y por eso las cambiaba continuamente de sitio para reproducir la naturaleza y que fuera un reflejo del mundo exterior. En este espacio se pueden ver fotografías de la polémica escultura "Princesa X", que con su forma fálica causó un escándalo en París al ser expuesta por primera vez en 1912.

El recorrido prosigue con un homenaje a su escultura, que supone "un diálogo entre la materia bruta y la materia trabajada en extremo", ha apuntado Jones. A Brancusi, que en su juventud se había formado como carpintero, le gustaba trabajar la madera, especialmente de roble, y que en sus obras se vieran las fisuras de ese material.

La penúltima sección de la muestra alude a su interés por la naturaleza y lo orgánico, con múltiples fotografías de elementos como plantas o animales, que le fascinaban. Por último, se homenajea a su obra Columna sin fin, de la que hizo varias versiones, inspiradas en los pilares funerarios que se instalaban en su país natal, ha señalado la comisaria.

Por su parte, el jefe de Fotografía del Centro Pompidou de París, Florian Ebner, ha resaltado lo excepcional de esta exposición, porque, al legar su obra, Brancusi expresó su voluntad de que no se dividiera, por lo que raramente salen de la capital francesa. "Esta exposición es un gesto de confianza que muestra la importancia del Centro Pompidou de Málaga, porque estas esculturas son muy frágiles", ha afirmado Ebner.

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