Barómetro Grupo Joly

El PSOE mantiene la primacía a pesar del empuje de Podemos

  • El PSOE recuperaría hoy su liderazgo, con un 30,9% de los votos, aunque tendría que pactar para alcanzar un Gobierno estable. Podemos llega al 17,4%, pero es el primero en intención directa de voto en generales.

UN escenario inédito. Los resultados de la decimotercera ola del Barómetro Joly muestran una distribución de votos que presenta un nuevo mapa del reparto del poder dentro del Parlamento andaluz, donde, no obstante, el PSOE recuperaría la primacía que ha mantenido durante décadas en Andalucía y que perdió en las elecciones de 2012. El fenómeno de Podemos se manifiesta en este sondeo en una importante presencia del partido de Pablo Iglesias en la Cámara autonómica, aunque no mayúscula, porque se quedaría como tercera fuerza, por detrás del PSOE de Susana Díaz y del PP de Juan Manuel Moreno Bonilla. Incluso IU, que es el actual socio de Gobierno en la Junta, mantendría un porcentaje de votos un poco superior al que obtuvo en las elecciones autonómicas de 2012. La formación que presentará a Antonio Maíllo baja hasta la cuarta fuerza, una posición relativa que no supone un descalabro y que indica que IU aún puede tener su palabra en la composición del Gobierno andaluz. El efecto Susana se deja notar en este sondeo, ya que el PSOE recupera el primer puesto, el que perdió en las elecciones de 2012, aunque tendría que llegar a un acuerdo de Gobierno o de apoyos en el Parlamento para gobernar. No alcanzaría la mayoría absoluta.

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Desde que el Barómetro Joly comenzó a publicarse en 2008, el reparto de poder entre los dos grandes partidos, PSOE y PP, nunca se había visto tan relativizado. Los socialistas obtendrían, según este sondeo, un apoyo del 30,9% de los votos, su peor resultado desde que se realiza la muestra. Perderían 8,5 puntos desde las pasadas autonómicas y casi cinco desde la fecha del último barómetro, en febrero de este mismo año, antes de las elecciones europeas, cuando irrumpió Podemos.

Peor es la situación del gran partido de la oposición, el PP de Juan Manuel Moreno Bonilla, que alcanzaría un 24,9% del resultado, 15 puntos menos que las últimas elecciones de Javier Arenas. Moreno Bonilla vería, así, cómo se malogra su bautizo en Andalucía debido a la fortaleza relativa del PSOE y a la irrupción de Podemos. El partido de Pablo Iglesias entraría en la Cámara con una estimación de votos del 17,4%, un porcentaje suficiente para obtener entre 10 y 15 escaños. No obstante, Podemos se coloca como el primer partido de Andalucía en intención directa de voto en el caso de que se pregunte por las elecciones generales. Y el PSOE baja, incluso, por detrás del PP. La intención directa de voto, a diferencia de la estimada, no cuenta con el tratamiento técnico de la encuesta, aunque es un dato indicativo que estaría demostrando, en este caso, la debilidad del PSOE nacional frente a Susana Díaz y el de la IU federal.

El sondeo encargado a la empresa Commentia no efectúa un reparto de escaños, aunque es posible realizar esta previsión, que sólo es indicativa. Commentia realizó el trabajo de campo entre el 20 de noviembre y el 3 de diciembre, cuando ya había estallado el caso Errejón, aunque aún no había llegado al extremo de conocerse el expediente de suspensión de su trabajo de investigación en la Universidad de Málaga.

El cuarto partido, IU, alcanzaría un 12,8% de los apoyos, que es un punto y medio más que en las elecciones de 2012, en las que se presentó como candidato Diego Valderas. No obstante, la aparición de Podemos le cuesta dos puntos a este partido respecto al Barómetro de febrero. Este porcentaje le garantiza a IU una presencia en la Cámara andaluza que podría ser decisiva.

La relativa debilidad de Podemos en Andalucía se debe, básicamente, a dos factores. Por un lado, este partido de profesores universitarios no termina de conectar con todo el voto de izquierdas de Andalucía y, además, este factor se vería incrementado por el liderazgo de Susana Díaz, que retiene el apoyo tradicional socialista.

Para encontrar una situación parecida a la que describe este Barómetro habría que remontarse a los comicios autonómicos de 1994, de los que resultó la llamada legislatura de la pinza, donde un PSOE mayoritario, pero no suficiente, se vio atrapado por dos fuerzas importantes en la Cámara. Estaríamos pues, y con toda la prevención necesaria, ante un escenario parecido, pero de cuatro partidos. No obstante, en aquella ocasión, IU, que fue la tercera fuerza, alcanzó un 19% de los votos, un porcentaje al que no llega ahora Podemos. Además, los de Pablo Iglesias tendrían que compartir su poder de la izquierda radical con IU, que, como se ha apuntado, no sufre un descalabro.

Lo que este sondeo muestra nítidamente es un panorama político andaluz donde los pactos, bien de Gobierno, bien de legislatura -es decir, sin Ejecutivo de coalición-, serían obligatorios. El PSOE de Susana Díaz recuperaría su papel principal y sería el encargado de formar Ejecutivo, pero debería contar con el apoyo de otros partidos para aprobar las grandes leyes. Si el de IU fuese suficiente , un extremo que no se puede saber con este sondeo, los socialistas podrían repetir la experiencia de la presente legislatura siempre que ambos partidos quisiesen.

En caso contrario, si los votos de IU no fueran suficientes para formar una coalición, la política andaluza se adentraría en un terreno de incertidumbres, ya que el PSOE tendría que experimentar nuevas soluciones que no garantizarían un Gobierno estable para la primera comunidad autónoma del país.

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