Provincia

El mentalista que ejerció de médico durante diez meses

  • Juan Carlos Cofrade fue detenido en agosto y puesto en libertad con cargos · El supuesto facultativo estuvo cubriendo la baja del titular de la plaza en el consultorio de Hinojales

Mentalista, naturópata, adivino, sobón. Juan Carlos Cofrade, también conocido con el nombre artístico de Carlos Santillana, ha estado ejerciendo casi diez meses de médico en la Sierra de Huelva, principalmente en Hinojales y Cumbres Mayores. Lo ha estado haciendo aunque ya la Policía y la Justicia le investigaban por fundadas sospechas de que su título de médico era falso. Durante ese tiempo ha campado a sus anchas por los centros de salud de estas y otras localidades serranas extendiendo recetas por doquier y pasando consultas como cualquier galeno.

Poco le ha importado que ya fuera detenido en Cáceres el pasado 7 de agosto, quedando el libertad con cargos por los delitos de intrusismo profesional y falsedad documental. El como si nada a enfundarse la bata blanca y a oscultar a jóvenes, niños y mayores. Todo con el visto bueno del SAS. La Fiscalía de Cáceres solicitó hace año y medio que se prohibiera a Juan Carlos Cofrade ejercer la profesión médica. El Servicio Andaluz de Salud no debió enterarse. En abril de 2007, el fiscal-jefe, tras recibir una denuncia del Colegio de Médicos de Cáceres, solicitaba al Juzgado Decano la apertura de diligencias de investigación, requerir al denunciado que aportada el título supuestamente falsificado para remitirlo a la Policía Científica para que ésta informara sobre la presunta alteración del mismo y tomar declaración como imputado a Cofrade. Además solicitaba como medidas cautelares de protección de los perjudicado que, como pacientes, pudieran acudir al denunciado, que hasta que se concluyera la investigación se ordenara la suspensión de su alta como colegiado.

El Colegio de Médicos de Cáceres confirmó por su parte que el expediente académico aportado por Cofrade era de la Universidad San Martín de Porres de Perú pero de otra persona por lo que le dio de baja como colegiado. Santillana siguió ejerciendo de médico en otros lugares porque al parecer nadie se lo prohibió ni se ha hecho efectivas las medidas cautelares. Por los delitos que le imputan Cofrade podría enfrentarse a penas de más de seis años de prisión. Figura entre las 27 personas que han sido detenidas por la Policía nacional dentro de la Operación Estudiante en la que se han intervenido dos academias desde las que se ofrecían por 18.000 euros títulos universitarios falsos supuestamente emitidos por universidades peruanas.

Con su título debajo del brazo y bajo sospecha, Cofrade estuvo trabajando en la residencia de ancianos Care de Villafranca de los Barros (Badajoz). Allí, según algunos testimonios, prescribía medicamentos que a punto estuvieron de costarle la vida a dos ancianos, aunque el acusado sostiene que sólo realizó funciones de vigilancia de la dieta, de los cambios posturales de los mayores y de supervisión del trabajo de los enfermos y auxiliares.

Santillana comenzó a trabajar como médico en Andalucía cuando la Justicia extremeña ya lo tenía en su punto de mira. El pasado mes de enero optó a una oferta de empleo público del SAS y fue contratado por el Distrito Sierra de Huelva. Para optar al trabajo presentó su título de médico de la Universidad de Perú y la homologación del mismo por el Ministerio de Educación y Ciencia. Como aparentemente todo estaba en regla se le contrató para cubrir una baja. En Andalucía no se exige estar colegiado para poder ejercer como médico y además el SAS desconocía que se le estuviera investigando por la presunta falsificación del título. Juan Carlos Cofrade hubiera seguido ocupando el puesto al menos hasta final de año, en que cumplía su contrato, de no haberse destapado toda la trama.

Santillana dejó el puesto y de forma inmediata el SAS abrió una investigación y puso el asunto en manos de sus servicios jurídicos, que han puesto el caso en conocimiento de la Fiscalía de Huelva por si hubiera algún posible delito en su actuación.

Hace unos años Carlos Santillana intentaba ganarse la vida explotando sus superpoderes mentales. Doblar cucharas, adivinar números que otros piensan o el sexo de niños que van a nacer. Esa era su profesión. ¿Qué le condujo a querer practicar la medicina? Quizá uno de sus mayores fracaso como mentalista.

Santillana se propuso el 31 de diciembre de 2005 parar el reloj de la Puerta del Sol durante las campanadas y aguarle a todo el mundo la fiesta. No lo consiguió y no lo sabe muy bien porqué. En cierta manera le echa la culpa a la presencia de cinco relojeros allí, cuando la máquina funciona sola. Esa noche además se tenía que adaptar el tiempo a la rotación de la tierra y el reloj se manipuló, como también se habrá manipulado (todos los indicios lo indican así) el título médico que le ha permitido alejarse de la mente y adentrarse en el cuerpo humano de algunos pacientes.

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