Iba a ser una noche más para el campillero José Rachón, de 77 años, como guardés de una de las fincas que salpican el Camino de Rocalero de El Campillo, ubicada a unos 2,5 kilómetros del recinto romero de la localidad. Llevaba toda la vida trabajando en ella, primero y durante años con su hermano, que falleció hace unos cuantos; desde entonces, solo pero con el apoyo de sus hijos. El hombre se encargaba de vigilar las hectáreas que estaban a su cargo y de cuidar el ganado, fundamentalmente. Sin embargo, la madrugada del jueves fue la última de su vida.

Uno de sus hijos lo encontró ayer, a primera hora, muerto. Su cuerpo presentaba evidentes signos de violencia. Impactado por lo que acababa de ver, puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil de inmediato. A las 8:00 el revuelo en la zona era evidente. La Policía Judicial de la Benemérita de Valverde del Camino acordonaba la zona, un camino fundamentalmente transitado por los empleados que acuden a trabajar a las explotaciones colindantes o a la vecina Riotinto Fruit. Hasta allí se desplazaban también la Policía Local y la alcaldesa de la localidad, Susana Rivas, quien indicó a Huelva Información que "la familia y todo el pueblo de El Campillo estamos consternados y preocupados".

El dolor es patente en el vecindario. Rachón era un hombre "bueno, amable, simpático y muy conocido", al que "nadie le conocía ningún conflicto ni ningún enemigo", recalca la regidora municipal.

Poco tiempo después hacían acto de presencia en el área investigada los agentes del Laboratorio de Criminalística, quienes recogieron de la escena del crimen todas las evidencias que pueden ser útiles para dilucidar quién o quiénes han sido los autores. Un médico forense del Instituto de Medicina Legal y el juez de guardia de Valverde del Camino llegaban después. El instructor decidió decretar inmediatamente el secreto de las actuaciones, teniendo en cuenta la violencia del suceso y que se desconoce quién o quiénes lo perpetraron.

Este diario ha podido saber que los investigadores prevén trabajar en la zona durante, al menos, dos días más. Una de las líneas de investigación que se baraja es la del robo. Y es que durante la misma noche también padeció un saqueo la piscina municipal del parque de los Cipreses de El Campillo, en la que los cacos revolvieron el bar y sustrajeron el medidor del cloro, como precisaron a este periódico fuentes municipales.

La conexión entre uno y otro se está investigando en este momento por parte de los agentes del Instituto Armado, por si la autoría de ambos fuera idéntica. No obstante, todas las hipótesis son posibles.

Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Huelva son los encargados de practicar la autopsia al cadáver del hombre, por lo que serán ellos los que diluciden qué y en qué circunstancias se produjo el ataque y el fallecimiento de José Rachón.

La Policía Judicial, además de trabajar sobre la escena del crimen, trata de buscar algún testigo del suceso, alguien que pudiera escuchar algo o ver un movimiento extraño de vehículos por la noche en el Camino de Rocalero. Por el momento, en la localidad impera la ley del silencio, impuesta por el secreto de la causa judicial. Y el miedo. Porque los vecinos temen que el desalmado o los desalmados que arrebataron la vida al guardés de la finca -heredada por una familia local que vive fuera del pueblo- vuelvan a actuar en este apacible rincón de la Cuenca Minera onubense.