Le costó sólo 250 euros en el mercado negro, pero la transacción se ha salido más cara de lo que imaginaba. Ahora la Guardia Civil le atribuye la comisión de un delito de receptación por adquirir un equipo informático que había sido robado en un gimnasio de Moguer.

El ordenador, valorado en 2.000 euros, fue sustraído el pasado mes de mayo junto con otros objetos. El propietario del gimnasio interpuso una denuncia en el cuartel de la Benemérita y los investigadores hicieron el resto.

Los agentes comprobaron que el equipo había sido vendido en el mercado de segunda mano. Tirando del hilo y a través de la IP del ordenador, los expertos supieron que se hallaba en un domicilio de la provincia, sin que el Instituto Armado precisara de qué municipio se trataba. Esto facilitó la localización del ahora detenido.

El equipo informático ha vuelto a manos de su legítimo propietario. Las investigaciones continúan abiertas, al objeto de localizar al autor o autores del robo en el gimnasio y posterior venta en el mercado ilícito.

La Guardia Civil recomienda, para no incurrir en estos delitos, comprobar la factura de compra del objeto, dudar de precios extraordinariamente bajos y desconfiar de aquellos en los que los números de serie estén borrados.