la antilla

Conmoción por el accidente mortal de un joven motorista

  • José Enrique Chela, de 27 años, se dejó ayer la vida sobre el asfalto en la avenida de Islantilla

El joven lepero José Enrique Chela, de 27 años, se dejó en la madrugada de ayer la vida sobre el asfalto de la avenida de Islantilla, a la altura del residencial Miramar. Era un chico muy conocido y popular en Lepe, de donde era natural. Su padre llegó a regentar una de las inmobiliarias más punteras de la localidad y fue presidente de la Peña Flamenca local. Por ello los vecinos de la localidad costera está conmocionados.

Huelva Información ha podido entrevistar a dos testigos presenciales del suceso, quienes todavía tienen el alma encogida por el trágico momento que tuvieron que vivir.

Uno de ellos, M.S., vive por la zona. Acababa de dejar a un amigo en casa y decidió ir en su coche a una terraza de Urbasur. Era la 1:25, aproximadamente. Entonces se cruzó con el motorista, al que conocía bien. "Vi cómo, en una pequeña curva, se le tambaleaba la moto: casi se choca contra un coche y, por evitarlo, se fue contra el bordillo". Narra este testigo que "la moto y él salieron disparados; la moto se llevó tres o cuatro segundos dando vueltas y quedó hecha un ocho". Chela se llevó la peor parte. Se golpeó contra "una palmera, creo yo, aunque no lo vi directamente, lo deduje porque se veía que algo la había golpeado".

El joven falleció en el acto. El casco salió disparado. "Lo que más impresión me causó es ver el casco en el suelo, estaba plano, como una pegatina". El cuerpo inerte del joven yacía sobre la carretera.

Una de las primeras personas que atendió a la víctima fue Leopoldo Torrado. "Mi pareja de hecho y yo escuchamos un impacto fortísimo que provenía de la Avenida Islantilla" a la 1:25. Vive en el residencial Miramar y le bastó con asomarse al balcón para toparse con la tragedia. "Le grité que si estaba bien y no respondía". Así que mientras su pareja llamaba al 112, él bajó a toda velocidad para practicar al motorista los primeros auxilios.

Había dos personas a su lado. "Le tomamos el pulso y estaba en parada". A unos 50 metros del lugar del siniestro se encuentra el centro de salud de La Antilla, así que la ambulancia llegó enseguida. Ni siquiera intentaron reanimarlo. José Enrique Chela ya había fallecido.

Lo que más llamó la atención a Leopoldo es "que la moto estaba partida en dos y el casco, destrozado, literalmente a cachitos". Decidió regresar a su apartamento cuando vio que ya no era de utilidad.

Hasta el lugar del accidente llegaron en torno a las 1:45 otra ambulancia y la Policía Local, que comenzó sobre la marcha a investigar el asunto para reconstruir el siniestro. Las primeras pesquisas evidencian que nadie más se vio involucrado en el accidente, que el chico viajaba solo y que "adelantó a gran velocidad a una scooter 300 metros antes, chocando con el bordillo de la mediana, impactando con una farola" y muriendo en el acto.

A las 2:15, una grúa retiraba la moto, al tiempo que se acordonaba una zona por la que, a esas horas y en jueves de junio, apenas había tráfico. El juez de guardia y el forense llegaron media hora más tarde y procedieron al levantamiento del cadáver, al que se le practicó la autopsia en Huelva. Todo ante un enmudecido público conformado por una treintena de vecinos.

Chela, como lo conocían todos, será enterrado hoy en el cementerio municipal de Lepe, a las 11:00.

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