almonte

La Guardia Civil destapa una estafa en la venta de aceite de oliva

  • Instruidas diligencias contra un hombre que manipulaba garrafas de refino de girasol y las vendía como extra virgen El producto no representa ningún riesgo para la salud

Adquiría garrafas de aceite de girasol para mezclar con aceite de oliva y lograr una disolución que comercializaba bajo etiqueta 100% aceite de oliva virgen extra, logrando con ello multiplicar el precio del producto santo y seña de la cocina mediterránea. Una praxis punible por la que la Guardia Civil imputa a un almonteño, de 42 años de edad, un delito de estafa en la venta de aceites y un segundo contra la propiedad industrial.

Según el instituto armado, el presunto delincuente contaba con un proveedor de garrafas de aceite de girasol que le surtía dos conocidas marcas. Con gran destreza lograba retirar los tapones sin romper el precinto y, a renglón seguido, extraía del recipiente de plástico dos litros de aceite de girasol que lo sustituía por su equivalente de oliva virgen extra. La mezcla lograba disimular las propiedades organolépticas del alimento, de forma tal que enmascaraba el color y el sabor característicos del aceite de girasol, logrando a la par una textura más densa y uniforme con la que lograban que sus clientes no percibieran de forma tan evidente la anomalía en el sabor o aroma del producto. Una vez logrado este paso e instalado nuevamente el tapón, únicamente era necesario sustituir la etiqueta del envase que se vendía a distintas provincias.

Fue precisamente en Gines y Los Alcores (Sevilla) donde se percataron de que calidad del producto no se correspondía con el contenido de las garrafas que figura en las etiquetas de los envases y presentaron denuncias. El negocio era suculento pues el precio del litro de aceite de oliva cuadriplica, de media, al que se paga por el de girasol. Según las estimaciones, el estafador podía lograr por cada garrafa vendida un mínimo de entre seis y diez euros de beneficio.

A raíz de las denuncias se inició la correspondiente apertura de las pesquisas que llevaron a los agentes de la Benemérita hasta la persona que en su vivienda comercializaba las garrafas de aceite. Con la mercancía retenida, se realizaron los oportunos análisis para certificar que su ingesta fuese comestible y no representase ningún riesgo para la salud de los consumidores. En un primer momento, los agentes descartan que el vendedor de las garrafas pudiera tener constancia de la manipulación sufrida, por lo que era un estafado más, y no el primer eslabón de la cadena de comercialización. Sin embargo, finalmente se llegó a localizar a la persona que proveía de las garrafas, instruyéndose diligencias por su implicación en la estafa por la venta de aceite de forma fraudulenta.

Las diligencias instruidas han sido puestas a disposición de la justicia mientras continúa abierta la investigación a efectos de esclarecer quienes podrían verse afectados por la estafa, tanto "particulares como propietarios de establecimientos dedicados a la restauración en la zona de Almonte, El Rocío y Matalascañas", según informó en un comunicado el Ministerio de Interior.

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