Provincia

Diez años de prisión por retener a quienes creían autores de un robo

  • Los tres condenados capturaron y agredieron a un hombre en 2011 tras la sustracción de dinero al padre de uno de ellos

La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a 10 años de cárcel a tres acusados de retener ilegalmente a varias personas y lesionar a una de ellas en diciembre de 2011 en Almonte, por considerarlos autores de un robo en el domicilio del padre de uno de ellos.

La sentencia de la Sección Primera, a la que ha tenido acceso Efe, considera a los tres acusados responsables de tres delitos de detención ilegal, por los que les impone dicha pena de cárcel, junto a la inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena.

Asimismo, les impone la pena de multa de 180 euros en tanto se les considera autores de una falta de lesiones y les obliga a que indemnicen a los herederos del agredido, en la cantidad de 230 euros, por las lesiones corporales sufridas por el mismo.

Se declara probado que los tres acusados, alrededor de las 02:00 del sábado 10 de diciembre de 2011, se encontraron en las proximidades de la plaza Virgen del Rocío de Almonte con un hombre -fallecido posteriormente- cuando éste iba acompañado de un amigo y le obligaron a subir en contra de su voluntad a un vehículo, propinándole golpes.

Seguidamente, a escasos metros, introdujeron por la fuerza en el vehículo a dos hermanos, de 20 y 17 años, respectivamente. A los tres los creían responsables de participar en un robo de dinero ocurrido poco antes en el domicilio del padre de uno de los acusados.

Una vez los tres retenidos estaban en el coche, los acusados insultaron y amenazaron a la primera persona diciendo: "Como no aparezca hoy el dinero, no sales vivo de aquí", y, entre ellos se comentaban: "Mátalo, no le des más tiempo al cerdo, mátalo y fuera los problemas".

En un momento determinado llegaron a una nave existente en la carretera HU-4200, sentido aldea de los Cabezudos, propiedad de la familia de uno de los acusados, donde ataron manos y pies a los retenidos con unas cuerdas mientras seguían increpando y dando patadas y puñetazos al que creían máximo responsable del robo del dinero, capturado en un primer momento.

Tras esto le rodearon el cuello con una cadena metálica y lo colgaron de una polea dejándolo suspendido y sin contacto con el suelo, mientras que a uno de los dos hermanos lo subieron en una mesa para colocarle una cadena de metal en las manos por detrás del cuerpo y colgarla de un gancho en el techo.

Los hermanos insistieron en decirles que no tenían nada que ver con el robo y fueron soltados cuando manifestaron ser hijos de un conocido de los acusados, llevándolos de nuevo al pueblo y quedando sólo en la nave el tercer retenido.

En ese momento, éste se balanceó hasta lograr apoyarse en una de las mesas de plástico que había en la nave y pudo descolgarse, saliendo del lugar para llegar maniatado al pueblo, donde acudió al médico para ser tratado de las lesiones y a la Guardia Civil para interponer la denuncia.

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