Con un gran nerviosismo". Así se encuentra, según su abogado, Manuela Barroso Santana, una vecina de Ayamonte jubilada y con casi 70 años, mientras espera a que sea redactada la sentencia y le sea comunicado el sentido del fallo sobre el recurso que el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) presentó hace ya casi un mes contra la sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de Ayamonte, que la exime del pago de una deuda de 167.000 euros que le exige dicha entidad financiera por un crédito hipotecario que firmó a favor de su exmarido, "engañada" y "confiando" en él.

Según el letrado de esta vecina de Ayamonte, Manuel Alfonso Arenas, la votación y el fallo del recurso ya se ha realizado, y ahora está todo pendiente de que sea redactada y notificado el sentido del mismo, lo cual podría aún tardar entre dos y tres semanas.

Los hechos que han dado origen a este caso se iniciaron hace ya 25 años, por el crédito hipotecario que Manuela Barroso firmó sin saber leer ni escribir a nombre de su exmarido, confiando plenamente en él, que además era entonces director de una entidad financiera de la ciudad fronteriza. Éste al final terminó abandonándola y dejándola prácticamente en la ruina económica.

En relación con ese documento, el BBVA reclama ahora a Manuela Barroso el pago de 167.000 euros y, pese a que los tribunales dieron en primera instancia la razón a esta vecina ayamontina, eximiéndola del pago de dicha 'deuda', el banco decidió recurrir la sentencia.

No obstante aunque los hechos se remontan al año 1990, la entidad financiera comenzó a reclamar esa cantidad 19 años después, cuando Manuela recibió un burofax en su domicilio, proveniente del BBVA, banco del cual "no había pisado una oficina en su vida", según ha indicado su letrado. "Se quedó helada y sin saber qué era ese documento, ni qué le pedían, hasta que acudió al juzgado para que se lo explicasen", prosigue Arenas.

Igualmente su abogado afirma que ahora su clienta, que tiene que salir adelante con los apenas 600 euros mensuales que cobra de su pensión, que no tiene propiedades a su nombre, y que incluso ha superado recientemente una grave enfermedad, carece de cualquier tipo de bien que le permita hacer frente a lo que le exige la entidad.

Por todo ello asegura que no salen de su asombro, por más sigan revisando toda la documentación, ya que la entidad financiera le exige el pago de 167.000 euros por un documento que firmó hace más un cuarto de siglo con otra entidad financiera (Banco Industrial de Crédito) que posteriormente fue absorbida por el BBVA, "sin saber exactamente qué suscribía y siguiendo las indicaciones de su marido, que terminó abandonándola prácticamente en la ruina y envuelto en otros casos judiciales, teniendo ella que hacer frente ahora a las consecuencias de sus actos".

Pero sobre todo "estamos perplejos" prosigue Arenas, porque a pesar de que en los tribunales el juzgado de primera instancia de Ayamonte ha dado la razón Manuela, el banco ha recurrido la sentencia. Según el abogado "es increíble que una entidad financiera como el BBVA "esté amargando la existencia y haciendo a esta mujer arrastrarse por los tribunales como consecuencia de una deuda que nada tiene que ver con ella, por unos hechos que sucedieron hace ya 25 años, y para al final no poder recuperar el dinero porque Manuela no tiene absolutamente nada".

Hoy, la vecina y su letrado esperan ganar el recurso interpuesto por el banco, y que todo este asunto se quede solo en una "mala pesadilla".

No obstante, y aunque el sentido de la sentencia del recurso que esperan conocer con nerviosismo fuese favorable a los intereses de Manuela Barroso, aún cabría la posibilidad de que el BBVA presentase un nuevo recurso de casación, esta vez ante el Tribunal Supremo, lo cual prolongaría la "angustia" y la "incertidumbre" de esta jubilada ayamontina y de su familia, que lo único que quiere, según insiste su letrado, es "terminar cuanto antes con esta auténtica pesadilla".