Provincia

La tradición de la matanza del cerdo

  • Cortelazor vive una intensa jornada con desayuno andaluz, carne a la brasa y carnaval.

El municipio serrano de Cortelazor la Real disfrutó a lo grande el pasado sábado de la celebración del Día de Andalucía con una intensa jornada con muchos eventos lúdicos, festivos e institucionales.

Cortelazor es de los pocos pueblos serranos onubenses que realizan algún guiño institucional al 28-F. En este caso, al mediodía, justo antes de la matanza, los presentes cantaron el Himno de Andalucía en la céntrica y reformada Plaza de Andalucía, que cuenta con una nueva arboleda. La bandera andaluza estaba presente, como siempre lo está cada día, en la planta alta del edificio del Ayuntamiento, ubicado en dicha plaza.

Fue interesante la integración en las actividades de los vecinos de Cortelazor, cuya población se incrementa de forma notable los fines de semana y más aún los días festivos, con los visitantes y curiosos llegados al pueblo. Por la mañana, los más jóvenes fueron los protagonistas, aunque participaron también familiares y adultos en el desayuno andaluz ofrecido por el Ayuntamiento, consistente en una buena rebanada de pan de pueblo con aceite de oliva, como mandan los cánones regionales.

Y después, para empezar activos, realizaron la concurrida gymkhana por los rincones y calles más próximas a la plaza, siendo una bonita forma de recorrer y conocer el pueblo. En este caso, bajo la batuta de las dinamizadoras del municipio.

Y sin duda, el plato fuerte, más esperado y concurrido, fue la matanza tradicional del cerdo ibérico. Muchos turistas estaban deseando ver cómo es el despiece de un cerdo ibérico, que se hace con naturalidad a diario en cualquier matadero de la Sierra, y cómo se ha realizado toda la vida en la comarca en las matanzas caseras de cada familia, ya venidas a menos.

El cochino había sido previamente sacrificado. Lo único del proceso que no se mostró. Primero se procedió a quemar el pelo del cerdo, con matorral, como se hacía antiguamente, ya que a día de hoy se utiliza el gas butano para quitar la piel del animal. Y después se abrió el cerdo en dos grandes partes y se fueron quitando las numerosas piezas -de alguna u otra forma se aprovecha todo, hasta el rabo-.

Y todo se vio en la singular, coqueta y amplia Plaza de Andalucía, para gozo de muchos y sorpresa de otros. Y por supuesto, con la hora del almuerzo encima, y tras la intensa mañana, había ganas de comer y se preparó carne ibérica de cerdo a la brasa para todos los asistentes.

La sobremesa fue larga y agradable en la zona y bares de Cortelazor la Real. Incluso alguno se quedó al carnaval del pueblo, que tuvo lugar durante el final de la tarde y buena parte de la noche con las Antiguas Escuelas como punto de partida y baile hasta altas horas de la madrugada. Un gran colofón.

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