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La captura de coquina persiste a pesar del cierre de todo el litoral

  • Los mariscadores denuncian que veraneantes y furtivos siguen recogiendo el bivalvo aunque está prohibido por la presencia de toxinas Cifran en 600.000 euros las pérdidas por no faenar

La costa de Huelva está cerrada al completo al marisqueo de la coquina. En ninguna de las seis zonas de producción se puede faenar este molusco: ni a pie, ni en embarcación. Sin embargo, en el mercado sí pueden comprarse coquinas y veraneantes a ilegales continúan capturando el preciado bivalvo. Bañistas y furtivos lo hacen a pesar de la prohibición establecida por la Junta de Andalucía de mariscar sin licencia y de la orden de impedimento por la presencia de la toxina DSP. Por contra, más de 300 mariscadores con permiso llevan desde hace más de un mes sin poder capturar coquinas, una situación que califican ya de insostenible.

Desde el pasado 18 de julio está prohibida la recogida del molusco en las seis demarcaciones de marisqueo de la provincia onubense (Marismas del Piedras, Barra de El Terrón, Punta Umbría, Mazagón, Matalascañas y Zona Marítima de Doñana), aunque en algunas de ellas la restricción es anterior a esta fecha y llega a los 45 días.

Las pérdidas en el sector por esta situación ascienden a más de 600.000 euros, según sus responsables. El presidente de la asociación de mariscadores de Canela, en Ayamonte, Juan Grao, lamentó que están viendo cómo el verano va pasando "sin que en casa entre un euro", debido a la presencia en el litoral de la toxina DSP, que hace que el consumo de coquinas sea perjudicial para el ser humano. Grao dijo a Efe que la situación ya es insostenible "porque cada pescador ha perdido 50 euros diarios desde que comenzaron los problemas", y son 300 en toda la costa de Huelva, además de que no se puede capturar tampoco en Portugal por el mismo motivo.

La captura de la chirla también está prohibida en todo el litoral onubense, mientras que el berberecho (berdigón) y la almeja japonesa no se puede mariscar en dos de las seis zonas, en concreto, en Marismas del Guadiana-Carreras y en Marismas del Piedras. La web de la Consejería de Pesca recoge a diario las variaciones sobre el posible marisqueo de las distintas especies y zonas permitidas, una información detallada pero que se antoja poco accesible.

En los últimos meses no es la primera vez que las seis zonas de la coquina están cerradas, ya que a finales de mayo (el 30) la Junta de Andalucía también lo estableció. Matalascañas y Doñana fueron entonces las últimas a sumarse al resto, por la presencia de biotoxina DSP. La prohibición llegó seis días después de haberlas reabierto tras la parada biológica de dos meses.

Los mariscadores se encuentran desesperados ante un escenario que no se había dado nunca, menos en esta época, y lamentan "falta de control absoluto" en la costa.

Los profesionales de la coquina no entienden, según el presidente de la Asociación de Mariscadores de Nueva Umbría, Antonio Márquez, la situación actual y aseguran que la Administración debe aplicar las mismas medidas para todos y preocuparse de evitar la captura del marisco por parte de mariscadores sin licencias o barcos que entran en zonas protegidas o prohibidas al marisqueo.

Además, consideran que no es de recibo que haya turistas y personas sin licencia cogiendo coquinas en todas partes del litoral y "solo estemos nosotros en el punto de mira", mientras los demás "campana a sus anchas".

El sector reitera que la Administración no pone medidas, a pesar de que no se respeta la normativa que ésta impone, mientras que las personas que pagan el carné y tienen todo normalizado no pueden trabajar debido a las continuas prohibiciones que "otros se saltan a la torera".

Márquez asegura que han denunciado todas estas circunstancias ante la Guardia Civil, pero hasta el momento sus demandan no han obtenido ningún resultado, por lo que solo los mariscadores con licencia siguen siendo los más perjudicados.

Éstos no se fían de los datos que hace público la administración andaluza, ya que en su opinión son "demasiado cambiantes y no obedecen a ninguna lógica", de ahí que encargaran en su día a un laboratorio gallego un estudio que clarifique la situación del caladero onubense.

El cierre de todo el litoral provoca que los coquineros no puedan salir a faenar, y por tanto, hacer frente a las maltrechas economías de estos profesionales del sector. En esta ocasión sí recibirán las ayudas previstas por la Unión Europea, al haber sobrepasado el mes de inactividad, aunque según Antonio Máquez, el dinero no llegará probablemente hasta diciembre "debido al papeleo".

El sector mantiene que en seis meses apenas si han trabajado uno, aunque en numerosas ocasiones no han cumplido el requisito de estar un mes seguido sin actividad para recibir las compensaciones. En junio y julio las paradas fueron intermitentes y la situación que se alcanzó fue tal que los mariscadores desafiaron la orden de prohibición de la Junta y decidieron salir a faenar. Lo hicieron más de un centenar de ellos en la zona de Matalascañas y ante la presencia de agentes del Seprona de la Guardia Civil y de la Administración andaluza. El pretexto fue la necesidad de obtener ingresos "para darle de comer a nuestras familias y afrontar todo lo que tenemos que pagar" y un informe alternativo al de la Junta que determinaba que el molusco estaba en óptimas condiciones para el consumo, después de una parada biológica de dos meses y tras el cierre del caladero por la presencia de fitoplancton tóxico lo que le impedía de nuevo volver a trabajar y comercializar el producto. Un centenar de coquineros se había concentrado antes ante la Consejería de Agricultura y Pesca en Sevilla para solicitar la apertura del litoral al marisqueo y poder salir a faenar.

Entre tanto, la delegada territorial de Pesca, Josefa González Bayo, ha insistido que la Junta tiene que garantizar la salud pública por encima de todo y que si los análisis determina la presencia de biotoximas las coquinas no reúnes los requisitos para el consumo.

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