URGENTE Pedro Sánchez se retira de la vida pública hasta el 29 de abril para pensar si seguirá de presidente del Gobierno

Huelva

El ADN, la huella y la frágil coartada: Claves para encarcelar a F.J.M.R.

  • La defensa tratará hoy de desmontar los argumentos de la juez para pedir su libertad Los Domínguez deciden romper su silencio a través de un comunicado.

La defensa del único imputado por el doble crimen de Almonte, F.J.M.R., agota las últimas horas para presentar hoy mismo el pretendido recurso de reforma contra el auto de prisión que mantiene desde el sábado a su cliente en el Centro Penitenciario de Huelva. La abrumadora extensión de la parte de las actuaciones sobre la que ya no pesa el secreto -casi 6.000 folios repartidos en distintos tomos que versan sobre la inspección ocular de la escena del asesinato, las autopsias de Miguel Ángel Domínguez y la pequeña María y las testificales- y el escueto plazo para analizarla a fondo y elaborar el recurso ha desbordado al despacho de abogados que ejercía hasta ahora su defensa. Por tanto y según confirmó ayer el letrado defensor a Huelva Información, la familia del sospechoso ha autorizado la colaboración en el caso de un prestigioso bufete, de modo que el recurso llegue en tiempo y forma a manos de la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de La Palma del Condado.

El objetivo de los juristas se centra en desmontar, a través de la solicitud de libertad y con conocimiento de causa, los tres argumentos que la instructora esgrime para enviar y mantener entre rejas a F.J.M.R., novio actual de la madre de la niña asesinada: el ADN, la pisada encontrada en el escenario del crimen y la inconsistencia de algunos puntos de la coartada.

Para el letrado defensor, en este momento el mayor reto está en hacer una reconstrucción de dónde estuvo su cliente entre las 21:01 (hora a la que lo grabaron las cámaras con su uniforme de reponedor en el supermercado en el que trabaja) y las 22:08, momento en el que una llamada lo localiza en el exterior del establecimiento. Dos testigos lo sitúan fuera del súper cuando todavía era de día, instante en el que F.J.M.R. los saludó desde su Volkswagen Golf en las inmediaciones de El Chaparral.

En el recurso, los abogados incidirán en la desconexión de los restos genéticos del imputado, encontrados en tres toallas de los dos aseos de la vivienda -una de baño y dos de manos-, con el escenario del crimen. Para ellos, la hipótesis más factible para explicar la aparición del ADN en esas prendas está en que la novia de F.J.M.R., Marianela Olmedo (madre y ex esposa de las víctimas), "dijo que había lavado toda la ropa antes abandonar la casa el 8 de abril, pero hay pelos y restos que pueden permanecer después de sacar la ropa de la lavadora". Lo que será más difícil de explicar es por qué esos vestigios genéticos permanecían en las toallas el 29 de abril de 2013 (día del hallazgo de los cadáveres) cuando tanto el imputado como su pareja dijeron en sede judicial que él no entraba en el piso desde hace tres años y medio.

Más claro tiene la defensa que la huella localizada en la vivienda "coincide en marca y número con unos zapatos del hermano" de su cliente requisados en el registro de la calle Cristo, "pero no en modelo, por lo que el dibujo no corresponde con la pisada". Reiteró que el imputado calza un 42 y la huella corresponde a un 44,5.

Este periódico ha podido saber que el asesino se tomó su tiempo en el interior del piso tras la comisión del crimen. Fuentes de la investigación precisaron que esto puede deducirse por "la situación de los cadáveres y lo tremendamente complejo del escenario", además de "garantizarse una salida buscando la forma de huir de la casa y del entorno sin que nadie lo viera". Iba preparado para no dejar rastro. De hecho, la Guardia Civil intervino dos cuchillos de la propia casa abandonados en el piso: uno de ellos, manchado de sangre, es presumiblemente el arma con la que se cometió el asesinato pero no tiene huellas.

Teniendo en cuenta este meticuloso proceder, a la defensa no le cuadra "que nuestro cliente dejara su ADN en las toallas si fuera el autor". Subraya además su actitud colaboradora, como la de todo el entorno de las víctimas desde primera hora, incluidos los amigos de Miguel Ángel que pasaron con él la tarde antes de su muerte, quienes también fueron interrogados en su momento, llegando a ser registradas varias de sus viviendas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios