Los agricultores onubenses están dispuestos a "enseñar los dientes". El nuevo ataque a la fresa de Huelva llegado desde Francia ha puesto en alerta a productores y autoridades, que parece no quedarán impasibles. En este caso se trata de un informe de una ONG gala, Générations Futures, que acusa de la presencia de pesticidas en el fruto estrella de la provincia. En Freshuelva mantienen que "se cumple rigurosamente con lo exigido" y se recuerdan los exhaustivos protocolos de calidad y sanidad que se siguen en cada campaña. Asaja lo considera "una absoluta falacia" y se reserva emprender medidas legales, mientras Junta de Andalucía y Diputación defienden "los esfuerzos" de los empresarios y denuncian el continuo acoso que sufre la fresa desde Francia.

"Habrá que enseñar los dientes. No nos queda otra porque es todo mentira, una auténtica barbaridad. Hay que frenar esta pantomima de colectivos franceses, seguramente con algunos intereses, y de alguno español que busca protagonismo", valoró ayer a Huelva Información el presidente de Asaja-Huelva, José Luis García-Palacios, quien aseguró que convocará la Interprofesional del sector para "estudiar y valorar la posibilidad de emprender medidas legales".

Fuentes de Freshuelva aseguraron a este diario que "se cumple rigurosamente con lo exigido en cuanto al uso de materias activas autorizadas y Límites Máximos de Residuos Autorizados en la legislación de la UE".

La asociación de productores, en este sentido, recuerda que "durante la campaña agrícola se realizan más de 5.000 análisis y controles" para comprobar que se cumple rigurosamente con lo exigido. A éstos se unen las análiticas propias de las cadenas de supermercados e importadores realizadas en el destino del fruto, como es el caso del mercado de Saint Charles, en Perpignan (Francia), por donde pasa la mayor parte de la fresa exportada, y en las que no se han "detectado incidencias de ningún tipo durante la campaña".

"Toda la fresa, como mínimo, cumple los más altos índices de seguridad alimentaria", apuntó José Luis García-Palacios, insistiendo en los exigentes controles de calidad que, de forma adicional, realizan las grandes cadenas de supermercados internacionales en todas sus fases.

La producción fresera de Huelva tiene establecido un protocolo de calidad tanto en el campo como en los almacenes. Por un lado, el 82% de la fresa de Huelva sigue la llamada Producción integrada, un estandar de calidad puesto en marcha por la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca que recoge las prácticas agrícolas obligatorias, prohibidas y recomendadas, así como las materias activas autorizadas para cada plaga y enfermedad.

Además, el 90% de las empresas onubenses están acreditadas en el GlobalGAP, un protocolo de calidad privado, considerado el más importante en el mundo.

En el almacén, la denominada trazabilidad del producto asegura el control del fruto desde su terreno de origen hasta el consumidor, en todas sus etapas. Y el International Food Standard (IFS), norma creada por las grandes cadenas de distribución alemanas, francesas e italianas, establece los requisitos que deben exigirse para tener la máxima seguridad en fabricación y manipulación de alimentos.

"Se suceden ataques por parte de sectores interesados, muy probablemente. Hace diez o quince años se quemaban camiones y ahora se lanzan informaciones de este tipo en los medios de comunicación que al final llegan a todos los rincones", dijo el delegado de la Junta de Andalucía en Huelva, José Fiscal, preguntado ayer por los periodistas. "Con total rotundidad digo que los agricultores de Huelva han hecho un esfuerzo tremendo en los últimos años por ajustar sus explotaciones a los estándares de calidad y respeto al medio ambiente", añadió.

Ignacio Caraballo, presidente de la Diputación, se mostró partidario de "hacer un esfuerzo todo el mundo para valorar y limpiar la imagen de Huelva, porque hay mucha gente interesada en echarla por tierra". "Estoy convencido de que los productos de Huelva tienen las máximas garantías", dijo.