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Siglo y cuarto del Año de los Tiros

  • Nerva dedica una calle a la masacre minera del 4 de febrero de 1888 Conferencias, ofrendas y exposiciones se suceden en la comarca para conmemorar el 125 aniversario del suceso

La Cuenca Minera de Riotinto rindió ayer un más que merecido y emotivo homenaje a los vecinos que el 4 de febrero de 1888 perdieron su vida cuando se manifestaban pacíficamente en defensa de una mejor calidad de vida, cada vez más deteriorada por culpa de las calcinaciones de mineral al aire libre realizadas por la todopoderosa Riotinto Company Limited.

El delegado territorial de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Vicente Zarza, acompañado por el alcalde de Nerva, Domingo Domínguez, y varios ediles de la Corporación Municipal, se encargó de inaugurar en la localidad minera una calle con la fatídica fecha, conocida por El Año de los Tiros, que el Pleno de la Corporación Municipal aprobó por unanimidad en su última sesión ordinaria.

La nueva vía, que une el IES Vázquez Díaz y el apeadero de autobuses, se encuentra rodeada de escorias mineras, desde donde partían cientos de mineros nervense en dirección a la localidad vecina de Riotinto para trabajar en las minas.

Una joven estudiante se encargó de dar lectura a un manifiesto institucional con el que una de las comarcas más deprimidas de la provincia de Huelva volvió a poner de relieve su historia: "Estos acontecimientos han ido labrando, generación tras generación, un carácter inusual y aguerrido en los mineros de esta tierra".

En este contexto, es necesario destacar cómo a partir de la compra de las minas de Riotinto en 1873 aumentaron las calcinaciones al aire libre para separar el cobre del azufre y de la escoria. Un método que creaba una gran "manta" de humos sulfurosos muy nocivos para la salud y para la agricultura de la zona. Son precisamente estos condicionantes el punto de inflexión para un desgraciado, a la vez que épico, suceso que llega a su momento crítico el 4 de febrero de 1888, cuando una gran manifestación compuesta por mineros y vecinos de la comarca fue reprimida y masacrada en la Plaza de la Constitución del pequeño pueblo de La Mina por el regimiento de Pavía que abrió fuego sobre los manifestantes.

Pero las repercusiones del mismo no acabaron ahí. La empresa haría una exhaustiva investigación de los hechos con el objetivo de determinar quiénes habían participado en el conflicto. "Muchos heridos que nunca llegaron a acudir a los servicios sanitarios, intentando evitar ser descubiertos, fallecieron por esta causa".

Ayer se cumplió el 125 aniversario de estos desgraciados acontecimientos. Un movimiento abanderado por sindicalistas como Maximiliano Tornet y la propia Liga Antihumista. Una auténtica cruzada en contra de la Riotinto Company en la que participaron unas 12.000 personas entre mineros, agricultores, mujeres y niños procedentes de todos los rincones de esta tierra. "El esfuerzo y el sacrificio de nuestros antepasados, aquel 4 de febrero de 1888 no sería en vano, pues los hechos fueron de tal transcendencia que incluso llegarían a las Cortes, donde los Diputados dedicaron varias sesiones al tema", continuaba el relato de la joven.

Finalmente, el 29 de febrero de 1888 el ministro de la Gobernación, José Luis Albareda, firmaría un Real Decreto en el que se prohibían las calcinaciones al aire libre, aunque el final efectivo de las teleras no se produjera hasta varios años después.

A más de un siglo de aquellos acontecimientos, estos hechos siguen estando muy vivos para los vecinos de esta comarca. "Hoy en día, los descendientes de aquellos abnegados mineros enarbolamos orgullosos su inigualable legado y es a sus legítimos herederos a los que corresponde seguir apostando por esta tierra, transmitiendo orgullosos sus sacrificios a las futuras generaciones, evitando condenarlos al olvido y rindiéndoles tributo", concluyó la joven entre los aplausos de los asistentes.

La jornada conmemorativa en Minas de Riotinto la iniciaron los alumnos del colegio Virgen del Rosario con una repoblación forestal de especies autóctonas en la zona. Seguidamente, llevaron a cabo una ofrenda floral en memoria de los caídos aquel fatídico día. Poco después, ante el monumento a los caídos en el Año de los Tiros, un vecino de la localidad minera daba lectura al poema Canción triste del 4 de febrero, de Juan Delgado.

Estos más que emotivos actos se complementaron con las conferencias ofrecidas por las profesoras de la Universidad de Huelva Dolores Ferrero y María Antonia Peña sobre el choque de intereses, el conflicto de las calcinaciones y sus repercusiones en la vida política provincial.

Por la tarde, en Nerva, Ferrero volvía a ofrecer otra interesante ponencia en el museo Vázquez Díaz sobre las causas que provocaron tal aberración, bajo el título 4 de febrero de 1888: la primera huelga minero-agrícola de la historia. Causas, desarrollo y consecuencias de la misma.

Tras la disertación, el Centro de Arte Moderno y Contemporáneo abría sus puertas para mostrar una exposición monográfica de óleos del artista nervense Antonio Romero Alcaide, seguramente el pintor que mejor ha sabido escenificar el entorno de la época y los sucesos acontecidos durante aquella fatídica tarde, así como de varias reproducciones fotográficas de la época. La muestra permanecerá abierta hasta el 31 de mayo.

El programa de actos culturales se complementó con sendas actividades lúdicas celebradas en ambas localidades mineras durante todo el fin de semana. En Nerva, con una ruta de senderismo que atravesó las antiguas zonas mineras hasta llegar a la zona donde se encuentran ubicadas las últimas teleras de la época. Y en Riotinto, con la proyección de la película El corazón de la tierra, basada en la novela homónima del escritor riotinteño Juan Cobos Wilkins y, dirigida por el onubense Antonio Cuadri, que narra los hechos acontecidos durante aquel luctuoso 4 de febrero de 1888.

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