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"Lo único que no ha cambiado en el santuario del Rocío es la fe"

  • El que es conocido como el poeta de la Virgen recibe hoy el nombramiento de hermano honorario de la Hermandad Matriz

El padre jesuita José González Quevedo recibe hoy en Almonte el nombramiento de hermano honorario de la Hermandad Matriz. Un reconocimiento al poeta de la Virgen del Rocío, quien a golpe de sevillanas le dedicó sus mejores versos y que en las voces de reputados artistas se hicieron atemporales. Letras que, en cierto modo, son oraciones y plegarias que resuenan en los caminos realizando una labor pastoral. No en vano, el secretario de la Matriz, Santiago Padilla, resalta que se trata de un hombre comprometido con su deber evangelizador", que siempre ha estado a disposición de la Matriz para todo tipo de cultos con "esa generosidad" que le caracteriza.

-¿Cómo ha acogido este reconocimiento de la Matriz?

-Cuando me trasladaron la decisión pensé que no debía aceptarla. No lo digo por falsa modestia, sino porque realmente quien ha de agradecer mis acciones es El de arriba. De todas formas, sería de mala educación no aceptar este gesto de cariño por parte de los hermanos que, en el fondo, es lo que importa.

-¿Cuándo nace su nexo de unión con Almonte y su Patrona?

-En el año 1960 participé en las misiones evangelizadoras en los poblados almonteños. Fue una experiencia enriquecedora por esa cercanía con las personas y la humildad con la que vivían su fe en Dios y en la Virgen del Rocío. En cuanto al camino propiamente dicho, recuerdo que realicé mi primera peregrinación con la Hermandad de Emigrantes, con quien ese mismo año oficie el triduo preparatorio. De ahí pasé a pisar las arenas con Ecija, Sanlúcar de Barrameda y Málaga, mi ciudad natal.

-¿Tenía ya entonces la romería de Pentecostés ese carácter de masas?

-En aquel entonces no existían medios ni tantos vehículos. Es cierto que ese origen humilde se ha difuminado al igual que la calidez humana o el respeto por el medio ambiente de los peregrinos. Sin embargo, en el confesionario del santuario se ve que lo que no ha variado es la fe.

-Usted es un poeta de la Virgen del Rocío y su devoción. ¿Cuántas sevillanas ha compuesto?

-Pues no las contabilizo, pero posiblemente alrededor de 1.000 composiciones. En ellas no sólo recojo la fe en María sino que toco temas de la vida, el amor o la familia. En las sevillanas, al igual que en cualquier rama musical, se puede abordar cualquier tema siempre y cuando se haga con respeto y no se ofenda a nadie.

-¿De qué letras se siente más orgulloso?

-No he publicado mucho ni busco gente que cante mis letras, aunque todas están escritas para este fin: ser interpretadas. Aun así, una de mis favoritas no tiene aun música, aunque otras las han cantado artistas como los Romeros de la Puebla, José Manuel Moya, Chiquetete o La Canastera. Precisamente ellos popularizaron Tengo en mi Casa un Tambor o Cantaban a la Virgen poemas.

-¿Qué representa a nivel espiritual la celebración de un Año Jubilar?

-A nivel personal no ha variado en nada. Sigo acudiendo cada domingo que puedo a la aldea de El Rocío y concelebro con el sacerdote las tres eucaristías que se celebra. Allí mantengo mi dialogo con la Virgen y con Cristo; hablo con las personas que me cuentan sus penas e ilusiones; y, por último, confieso a los fieles. En cuanto a cuanto a lo que implica para los peregrinos, creo que el Año Jubilar promueve un mayor número de confesiones para lograr la indulgencia, algo que es bueno porque implica una remisión de nuestras malas acciones.

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