Provincia

La aldaldesa dice que la ruptura del pacto no afectará a los ciudadanos

  • Daza justifica el cese del edil del PSA por "falta de lealtad" y éste guarda silencio

El cisma político que vive Villalba del Alcor no enturbiará un ápice la gestión pública ni el desarrollo de los proyectos en los que se encuentra embarcado el municipio condal. Así lo subraya la regidora municipal, Manuela Daza (PSOE), después de que a finales del mes de septiembre firmase un decreto de Alcaldía mediante el cual despojaba a su socio de gobierno, Pedro Rodríguez (PSA), de las competencias de Urbanismo e Infraestructuras, Festejos, Feria y Cultura.

Daza justifica esta decisión ante la "falta de lealtad y la pérdida de confianza en el modo de trabajar del edil del PSA", lo que a su juicio "forzó" la ruptura del pacto de estabilidad suscrito a principios del mandato y al que evitó sumarse IU. La dirigente local resaltó que "he preferido trabajar sin ataduras", toda vez que desde el inicio del mandato "he gobernado en minoría con los 4 concejales socialistas, lo que me obligaba a contar con el apoyo puntual del resto de fuerzas políticas", con independencia que fueran presentadas de la mano del hasta entonces socio de gobierno.

Añadió que sólo es necesario trabajar "con sensatez y sentido común", toda vez que, a fin de cuentas, la oposición va a respaldar aquellas propuestas que sean beneficiosas para el municipio", para lo cual continúa apelando a la "responsabilidad" de los ediles del PP (3), el independiente (GIV, 1) e IU (1).

La alcaldesa justificó el fulminante despido de Virginia López, que ejercía de secretaria particular del concejal del PSA, al ser compañera de partido. Justificó que fue "condición sine qua num para el pacto, ya que sería ella quien se encargaría de llevar estas competencias, por lo que al llevarlas yo ahora y no tener atribuciones municipales, no tiene sentido mantenerla en su puesto de trabajo", explicó.

La regidora municipal descartó haber solicitado a la Diputación que prescinda de Rodríguez como asesor, donde estaba como liberado para evitar sumar una nueva nómina municipal al Ayuntamiento. Daza matizó que "no tengo inconveniente en que se le retire del cargo", aunque "no he dado órdenes ni instrucciones a mi partido para que preceda de una forma u otra". Rodríguez se ha limitado a precisar que se encuentra en un periodo de "meditación" antes de obrar, por lo que se ha autoimpuesto hasta entonces guardar un silencio sobre esta crisis de gobierno en el Ayuntamiento condal.

El deterioro de las relaciones es máximo hasta el punto de que la propia alcaldesa reconoce que desde su decisión de despojarlo de sus competencias "sólo he hablado una vez con él. Fue un hola y adiós". Independientemente de ello, Daza insiste en que más allá de la complicidad que pueda existir con un miembro de la Corporación municipal ello no enturbiará el trabajo diario, a pesar de que el edil andalucista ha dejado de acudir a las comisiones informativas y mesas de contratación tras su fulgurante cese.

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