La Obra Social de Cajasol y la Fundación Europea para la Cooperación Norte-Sur (Fecons) inauguraron en diciembre de 2009 un comedor social en Lepe para atender las necesidades de aquellas personas que atraviesan por situaciones difíciles de falta de medios. Estaba previsto que se beneficiaran 140 personas, un objetivo más que cumplido y al que la crisis ha dejado pequeño.

Desde su creación hasta hoy, según el balance que acaba de realizar Fecons, ha atendido a más de 2.327 personas y suministrado en todo este tiempo más de 63.000 comidas. Las cifras hablan por si solas del trabajo de los voluntarios que desarrollan su actividad en este centro instalado en el polígono industrial Huerta Márquez.

Ha proporcionado 11.451 bolsas de alimento, suministrado apoyo alimentario a 26 familias, entregado ropa y calzado a 100 beneficiarios, atendido a 45 personas con necesidades jurídicas, entregado cunas, colchones y mantas a 30 familias, realizado talleres para jóvenes y la comunidad y prestado apoyo a 370 personas en el servicio de atención y orientación social.

El comedor social nació de la necesidad de contar con un espacio adecuado que presta apoyo en una zona, Lepe y su entorno, donde viven habitualmente unas 400 personas en sus asentamientos, una cifra que se multiplica en la campaña agrícola que acaba de iniciarse.

Empresas, asociaciones, ONG, parroquia de La Antilla y voluntarios han apoyado tanto la puesta en funcionamiento del comedor como su actividad diaria que han dado sus frutos.

Según el balance, los destinatarios de la prestación social responden a un determinado perfil que pasa por una ausencia temporal de medios para satisfacer incluso sus necesidades alimenticias, falta de redes de apoyo disponibles, familias sin recursos. Un grupo donde se incluye, cada vez más, niños y adolescentes, personas inmigrantes en situación administrativa irregular, nacionales en situación de exclusión social, desempleados y personas faltas de viviendas.

El origen de sus usuarios entre enero de 2010 y junio de 2011 incluye 342 personas procedentes del norte de Africa, 797 del África negra, 312 de Suramérica y 351 europeos. El 44% del personal atendido por los voluntarios de Fecons son africanos, seguidos por europeos, donde se incluyen cada vez más autóctonos (20%); norte de África (19%) y un 17% de suramericanos.

No pasa desapercibido para Fecons el "hecho constatable de que la cifra de mujeres ha ascendido notoriamente en los últimos meses, ya que en los inicios del programa tan solo representaban un 2%". Según los últimos datos, esta cifra se ha incrementado hasta el 12,5% desde enero de 2010 hasta junio de 2011.

Las africanas son las mujeres que hacen menos uso de las instalaciones solidarias (5,8%) mientras que las mujeres de América y Europa lo usan en un 88,6%.

La virulencia y duración de la crisis también se puede observar en la cada vez más normal llegada de niños. Progresivamente acuden con más frecuencia familias con niños menores, suponiendo un 95% el número de adultos atendidos y un ya significativo 5% de niños.

Desde su apertura y en este año y medio de análisis se ha procedido a la recogida de alimentos, asistencia y orientación jurídica a la población inmigrante, organización de jornadas lúdicas y festivas además de acciones directas de atención primaria a usuarios y sus familias.

Algunas iniciativas, como la entrega de ropa y calzado ha sido apoyada por la Asociación El Ropero Social, de Huelva.

A partir del primer trimestre de funcionamiento comenzaron a aparecer crecimientos importantes en la demanda procedentes de unidades familiares que por diversas circunstancias entraron en una situación de grave crisis económica. Estas unidades están formadas por 90 personas, entre los que se encuentran 36 adultos y 54 niños de la zona de Cartaya, Lepe e Isla Cristina.

La provisión media de alimentos al mes para este grupo suma los 35 kilos.