Provincia

El jardín botánico Dunas del Odiel recupera la Linaria

  • Este endemismo atlántico, extinguido y posteriormente regenerado por técnicos de Medio Ambiente y expertos de la US, se asienta "a la perfección" en esta zona del litoral

La Linaria Lamarckii, especie de flora cuya presencia se limitaba a las dunas de Isla Canela, pasó a la categoría de extinguida en las listas de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) tras desaparecer los últimos ejemplares cerca del espigón de la Punta del Moral en 2003. Pero esta pequeña planta herbácea de arenales florecería de nuevo en 2008 en parcelas experimentales del Paraje Natural de las Marismas del río Piedras y Flechas del Rompido, así como en las Marismas de San Bruno, donde técnicos de Medio Ambiente plantaron ejemplares.

El trabajo no ha cesado desde entonces y, fruto del mismo, la recuperación "total" de este endemismo del suroeste de la Península Ibérica ya es un hecho en el Jardín Botánico Dunas del Odiel. La germinación ha sido posible gracias a la colaboración de la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla (US) con los técnicos de conservación del Laboratorio de Propagación Vegetal. Los trabajos se iniciaron mediante la germinación y cultivo de las semillas en cámaras mantenidas en condiciones controladas de temperatura, luz y humedad.

"En la naturaleza, la Linaria Lamarckii necesita de un insecto para la polinización de las flores. Nosotros germinamos las semillas que nos dio la Universidad de Sevilla en condiciones controladas, en cámaras de germinación, y una vez que tuvimos unas 17 plantas, para obtener más semillas polinizamos las plantas entre sí y llevamos el polen de un individuo a otro manualmente", explican los técnicos.

De esta forma lograron que las plantas fructificasen al germinar sus semillas, produciendo más individuos que han sido llevados al jardín botánico Dunas del Odiel, donde "se han asentado bien". Allí las plantas se han autopropagado, aunque se siguen introduciendo ejemplares nuevos porque la Linaria Lamarckii es una planta perenne pero de ciclo corto: muere a los dos o tres años.

La extinción de esta planta de la zona del litoral, que luce una llamativa flor amarilla que puede alcanzar los dos centímetros, se debió a la mano del hombre: la construcción de urbanizaciones provocó que hubiera menos individuos para polinizarse entre ellos hasta que llegó un momento en que desapareció del todo. Esto supuso una importante pérdida para la biodiversidad andaluza y, más concretamente, para Huelva: esta planta sólo se encuentra en el litoral onubense, cerca de la confluencia con el río Guadiana. Tras años de trabajo, ahora crece sin problemas en el Jardín Botánico Dunas del Odiel, espacio que alberga más de 30.000 ejemplares de 84 especies arbóreas y arbustivas. Sobre las especies amenazadas y de interés, la representación final del espacio asciende a más de 150 taxones.

La catalogación de especies en peligro de extinción -caso de Linaria Lamarckii- para una mejor gestión medioambiental es uno de los objetivos de la Red de Información Ambiental de Andalucía (Rediam), impulsada por la Consejería de Medio Ambiente. Así, Rediam ha diseñado una de las aplicaciones TIC más importantes para la preservación del medio natural: el Sistema de Seguimiento de Flora Amenazada (FAME). Su objetivo es la introducción de datos y consulta de toda la información que se genera en Andalucía sobre flora amenazada y de interés.

El procedimiento es sencillo. Cuando se tiene noticia de una nueva localización de ejemplares de una especie de flora amenazada, a través de bibliografía o de referencia de algún técnico, se genera una unidad de seguimiento y los datos de la parcela y la especie encontrada se almacenan en un sistema de información. Los técnicos que trabajan en los jardines botánicos realizan una labor de seguimiento de estas parcelas, verificando la presencia de la especie amenazada, observando su estado de conservación y desarrollo, recogiendo semillas para su conservación en el banco de germoplasma, etc.

Estos técnicos salen al campo equipados con una tablet o PDA con GPS y con toda la información que precisan sobre las unidades de seguimiento que van a visitar. Tras completar y actualizar estos datos con su trabajo en el campo, estos son volcados en una aplicación web y posteriormente son validados por un experto de la Consejería de Medio Ambiente, que consolida el contenido en el sistema de información. Finalmente, los datos contenidos en este sistema de información están listos para ser reutilizados en la propia actividad de conservación de la flora, o combinados con otra información de la propia Rediam para otras tareas de protección del medio ambiente, como la evaluación de proyectos que afecten al territorio, la autorización de actividades o la protección de los espacios naturales. La información agregada se utiliza para la elaboración de estadísticas y para la difusión pública.

"De esta manera se consigue integrar las tareas de recogida, análisis y difusión de información en la actividad propia de gestión y protección de la flora amenazada, mejorando la calidad y la eficiencia del trabajo realizado", aseguran fuentes de la Rediam.

Además de Dunas del Odiel, Andalucía cuenta con otros nueve jardines botánicos de especies autóctonas en espacios naturales, un banco de germoplasma y un laboratorio de propagación vegetal que componen el equipamiento básico para la conservación, recuperación y reintroducción de especies vegetales silvestres. La flora andaluza está compuesta por 4.000 taxones, un 60% del total de la flora ibérica, de los que 463 son endemismos exclusivos de Andalucía, y otros 466 lo son a su vez a escala nacional. La Lista Roja de la Flora Vascular de Andalucía, inventario científico del estado de conservación de la flora recoge 857 especies amenazadas, de las cuales 519 son prioritarias. En los diez jardines andaluces está representada el 64% de la flora amenazada.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios