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"En Europa no se entendería un no a un proyecto como el de Riotinto"

  • Euromines defiende la inversión de Emed Mining y asegura que la explotación de la Cuenca Minera es esencial para el futuro de la industria española y de la Unión Europea

El proyecto para reabrir la mina de Riotinto mueve sus últimas fichas. La multinacional Emed Mining sabe que en seis meses se juega varios cientos de millones de euros en los mercados. La empresa aterrizó en 2007. Poco a poco se ha ganado la confianza de los parroquianos, de los mineros, de los sindicatos, de las organizaciones empresariales y sociales y de los políticos. Hasta la apoyan los ex trabajadores de la Sociedad Anónima Laboral, que tienen en su poder los derechos administrativos a través de la mayoría en la sociedad Minas de Río Tinto (MRT). Les falta convencer a la Junta de Andalucía de que representan un proyecto solvente y ambientalmente viable que tiene por objetivo poner en marcha una explotación para los próximos 14 años que generaría, aseguran, más de un millar de empleos. Uno de los lobby industriales más influyentes de Europa le respalda. La directora de la Asociación Europea de Industrias Mineras (Euromines), Corina Hebestreit, ha estado en España para apoyar la inversión. En Sevilla, poco antes de mantener un encuentro en la Comisión de Industria del Parlamento, aseguró que "en Europa no se entendería un no a un proyecto como el de Riotinto". Euromines considera la reapertura de la vieja mina "un símbolo".

-¿Por qué apoya en este momento Euromines el proyecto presentado por Emed Mining para reabrir la mina de Riotinto?

-La Unión Europea está interesada en la producción de materias primas. Los horizontes que se prevén en nuevas tecnologías y otras aplicaciones a futuro implican un crecimiento del consumo mundial de materias primas. La UE tiene clara esa demanda de metales y el cobre es esencial para los nuevos desarrollos. Al mismo tiempo, existen grandes dificultades en las regiones europeas para generar empleo e impulsar flujos económicos positivos.

-¿Se trata de aprovechar el momento y el lugar?

-Los indicadores de la UE apuntan a la Faja Pirítica como uno de los grandes y potentes productores mundiales de metales y eso supone una gran oportunidad de negocio pues el desarrollo de una explotación como la que pretende Emed Mining supone diez años de trabajo. A esto hay que añadir que Riotinto es una mina ya desarrollada que ayuda a acortar los plazos para su puesta en marcha y producción, máxime cuando está detrás una empresa solvente.

-¿Se entienden en Europa los supuestos retrasos que pueden sufrir proyectos como el de Emed?

-En cierta medida no. Por ejemplo, en Escandinavia hay otros procesos de apertura más ágiles y en otras regiones sigue siendo más sencillo. Pero en este caso hay que entender que Riotinto tiene unas circunstancias históricas muy particulares, un problema que se puede resolver si existe voluntad política. Lo lógico es que un proyecto de estas características se resuelva administrativamente en tres o cuatro años..

-Si después de cuatro años desde la llegada de la Mining a la Cuenca Minera se le niega el permiso para la explotación minera, cree que se podría ver afectada la imagen de España entre los inversores internacionales.

-No se entendería (una decisión así). Esta mina tiene un potencial importante. La Faja Pirítica está preparada para dar continuidad a proyectos anteriores, existen instalaciones de transformación de recursos minerales, una fundición en Huelva, un puerto. Todos estos elementos garantizan su viabilidad, una población preparada que demanda empleo... Nadie entendería una respuesta negativa a un proyecto así. En estos momentos, desde el punto de vista global se necesitan industrias de verdad, que generen empleo y riqueza, que generen suficientes perspectivas de trabajo para la gente joven. La UE encargó un estudio para conocer la demanda real de metales y el que más tendrá será el cobre. Es una clara oportunidad.

-¿Conoce la situación actual de otros proyectos mineros en Andalucía: Aguas Teñidas, Cobre las Cruces, La Zarza, el interés de grupos como Iberian Minerals, Ormonde o Petaquilla. Tanto potencial minero tiene esta región como para concitar el interés de los grandes productores mundiales?

-Euromines apoya todos los proyectos actuales. Como organización, existen grupos trabajando en el sector para desarrollar estándares laborales y mineros que lleguen a la excelencia. Sabemos de ellos pero Euromines ha concentrado sus esfuerzos en estos momentos en apoyar a Emed para que su proyecto salga adelante. Somos conscientes de la potencialidad de Huelva en el sector minero y el Proyecto Río Tinto (PRT) puede ser una realidad en 2012, eso es lo prioritario. Nuestra organización ha elegido en estos momentos dos proyectos, marcados en el mapa europeo, el de Riotinto y una mina de oro en Rumanía. Por cierto, el rumano ha sido apoyado personalmente por el presidente del país.

-¿Por qué, entonces, tanto interés a nivel europeo por Riotinto?

-Es una de las grandes reservas de la Unión. Tiene el doble de capacidad de lo que se ha sacado hasta hoy. Sus reservas conocidas garantizan catorce años de vida comercial y eso que hasta ahora no se ha hecho ni un nuevo sondeo.

-¿Buscan las empresas mineras para instalarse zonas donde observan que las normativas medioambientales son menos exigentes?

-En la UE la legislación es muy severa y si fuera por eso no habría ninguna empresa minera que quisiera instalarse. En Alemania, por ejemplo, la legislación es muy similar a la española en los estados federados, hay muchas coincidencias y una normativa superior, estatal, pero al final son los estados, las regiones quienes dan la aprobación definitiva a los proyectos. Cuando se invierte en proyectos mineros se suele mirar la calidad, la estabilidad política y el marco legal, el mercado y el capital humano. Es todo eso, unido, lo que permite el retorno de la inversión. La legislación ambiental en Europa es muy rigurosa, hay nuevas y muy buenas tecnologías y la UE ha decidido invertir 70 millones de euros en actualizar proyectos ligados a las tecnologías mineras. Uno de los propósitos es que las empresas sean punteras a nivel mundial.

-¿Hoy el precio del cobre cotiza alto, ha llegado a superar los 8.000 dólares la tonelada. Se trata de una burbuja especulativa o se debe a condiciones de desarrollo, de demanda real de metales?

-Se dice que en minería hay siete años buenos y siete malos. Ahora se ve un ciclo bueno continuado en el tiempo. En 2008 y 2009, con el estallido de la crisis, los mercados se desplomaron y el precio del cobre también. Tres meses después de aquel crack el precio estaba arriba. De todas formas, la minería trabaja a diez años vista e incluso hay minas en Europa que ya llevan operativas 40 años. Hay que saber manejar los ciclos y, eso sí, adaptarse a ellos, al estado de cada situación. Por eso un proyecto como el de Riotinto, cuando se diseña, no se hace para dos años, eso sería una verdadera ruina.

-¿Hay posibilidades y campo de crecimiento?

-Ahora mismo las predicciones auguran demandas minerales amplias. El impulso a la fabricación de coches eléctricos, por ejemplo, es una oportunidad nueva para la aplicación del cobre; las industrias alternativas, como la solar, la fabricación de turbinas eólicas, las telecomunicaciones. Por ahí va el mercado.

-¿Ha perdido Europa competitividad con los productores emergentes, chinos, asiáticos?

-No. Hay muy buena tecnología en materia minera.

-¿Huelva tenía en los años ochenta una docena de minas abiertas y en explotación y más de 5.000 trabajadores en los tajos. ¿Es posible revivir aquella época dorada de la minería?

-Hay potencial para ello. Si un tercio de los proyectos existentes se convirtieran en reales el escenario laboral sería magnífico. Los proyectos tienen muy buenas perspectivas. La Faja Pirítica Ibérica es la más importante reserva de cobre europea. Por eso hay tantos grupos mineros interesados en sus reservas. Y eso genera interacción empresarial y beneficia la calidad en la gestión.

-¿Con este panorama y tan buenos presagios por qué cerró la mina de Aguablanca?

-Se enfrentaron a graves problemas operativos, económicos y ambientales que obligaron a parar y reconducir la explotación.

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