En tiempos de crisis y paro, la plantación de fresa en la provincia de Huelva abre la esperanza al colectivo de trabajadores agrarios y de otros sectores económicos desempleados que ven en la agricultura una salida a la inactividad laboral. Rafael Domínguez, gerente de Freshuelva, organización que agrupa a la mayor parte de los productores onubenses, afirmó ayer a Europa Press que los 5.000 trabajadores que será necesario contratar para la fase de plantación suponen la décima parte de los que se contratarán para la recolección de la fruta, para lo que se precisarán alrededor de 50.000.

Se estima que en esta primera fase de la campaña fresera trabajan algo más de 10.000 jornaleros; la mitad son peones fijos discontinuos, básicamente, mano de obra local y comunitarios residentes. Precisamente la crisis económica y los elevados índices de paro han llevado a los empresarios a comprometerse con los parados locales, por lo que, probablemente, en esta campaña los llamados contratos en origen de años anteriores pasen definitivamente a formar parte de la historia agrícola de la provincia.

Aunque algunos agricultores trabajan ya en el campo en las tareas de cultivo, echando valor a las altas temperaturas que se alcanzan en la provincia a estas alturas del otoño, la mayoría va a esperar a la próxima semana y comenzarán entre el día 10 y 12, a lo más tardar. Este año la siembra de fresa se ha retraso en la provincia una semana, pues lo habitual es empezar entre finales de septiembre y primeros de octubre. El retraso se ha debido al fuerte calor, que crea problemas en la manipulación de los plantones y dificulta que agarre en el campo.

Rafael Domínguez comentó que "estos calores no estaban previstos; es un tema delicado porque se pueden perder plantaciones a la hora de trasplantarlas porque hace mucho calor, demasiado por estas fechas". Insistió en que "lo más probable es que el inicio real, salvo raras excepciones, sea a principios de la próxima semana, que es cuando todo el mundo va a querer empezar a plantar". Añadió que tras el día 12 de octubre se prevén cambios en las temperaturas, pero hasta el día 10 augura que no se va a producir ninguno.

A falta de datos concretos sobre la superficie que este año se cultivará de fresa, Domínguez señaló que no cree que varíe mucho el número de hectáreas respecto al pasado año cuando se plantaron alrededor de 8.100 entre fresas, frambuesas, moras y arándanos, de las que unas 6.400 se destinaron para el cultivo de la fresa.

Respecto a los precios, Rafael Domínguez ha hecho hincapié en que "ojalá se comporten como en la pasada temporada" en la que la facturación creció un 4,7%.