en EL TITÁN

Eduardo J. Sugrañes

Un mar de coches en Torre Umbría

Ahora que se le reconoce al Ayuntamiento de Punta Umbría su propiedad es el momento para actuar en la plaza Se mandó construir en 1577 para la defensa del estuario del Odiel y el Tinto

TORRE Umbría viene a marcar el inicio de una vida asentada, de continuidad hasta nuestros días, en esta lengua de tierra que se introduce en el mar. Es un eslabón de una cadena. Con anterioridad se establecieron en parte de lo que hoy es el municipio de Punta Umbría el poblado romano que comerciaba con los salazones y el garum, en la cercanía con la Isla de Saltés.

Formaba parte de esa sucesión de torres de vigilancia de la costa de Huelva. Su razón no es otra que la necesidad de custodia del litoral, amenazado por las incursiones de piratas que acechaban a la población, indefensos ante la falta de fortaleza en primera línea de costa. Por acuerdo del cabildo de Huelva de 20 de julio de 1577 con motivo de la llegada de Luis Bravo de Laguna en visita a las fortificaciones de Andalucía por orden del rey, se decide la construcción de una torre en la "Punta de la Humbría".

La de almenara de Punta Umbría es un elemento constructivo digno de todo reconocimiento. Su ubicación actual en el interior de la población da una idea del movimiento de la costa. Algo que es constante a lo largo de los siglos y que seguirá en la evolución del litoral, que ahora recuerdan los temporales de invierno que cambian la línea de playa.

El entorno de la torre constituía un lugar privilegiado cuando a finales del siglo XIX llegaron los ingleses, dominando un amplio arenal inmaculado de dunas móviles. Con el tiempo se convierte en punto de referencia de la nueva población puntaumbrieña; con el cuartel de carabineros y, más tarde, la primitiva iglesia.

La torre de almenara es un símbolo identificativo de un pueblo marinero que fue forjado con sencillez.

En lo turístico, los primeros en llegar fueron los británicos de la mano de Guillermo Sundheim. Aquella es la Punta Umbría de los ingleses, aunque la Punta turística vendría promocionada por la canoa, que es la que sociabiliza los baños de mar al alcance de la población.

La evolución hasta el día de hoy la conocemos todos, es la Punta Umbría que tanto nos gusta y tantas veces nos duele más allá de la ingrata e injusta zona de colores de los aparcamientos.

Ese punto de partida, contemporáneo de la torre, nos trae este año la satisfacción de que la parcela que la rodea se pudo inscribir recientemente a nombre del Ayuntamiento, en proceso judicial defendido por el letrado Manuel Jesús Feria Ponce, que actualmente ostenta el cargo de secretario del Ayuntamiento.

El Consistorio costero inició en mayo de 2015 un procedimiento judicial contra la Dirección General de Patrimonio del Estado, que un mes antes intentó inscribir a su favor en la Gerencia Territorial del Catastro de Huelva la finca en la que se encuentra la torre. Ahora consigue que la Justicia reconozca la propiedad local y el pleno dominio sobre dicha parcela después de cincuenta años de municipio.

Cuando en 1963 se constituye el Ayuntamiento de Punta Umbría, el Estado le otorga una superficie de 2.473 hectáreas que constituye su término, teniendo dicha superficie la naturaleza de montes catalogados de Utilidad Pública y siendo denominada como Finca 1. El 24 de marzo de 1966 el Estado le permite al Ayuntamiento que pueda excluir de aquella superficie 400 hectáreas para constituir el núcleo urbano de Punta Umbría, siendo llamada Finca 2. El 9 de diciembre de 1966 el Consistorio procede a inscribir en el Registro de la Propiedad ambas fincas. Un día después, el Ministerio de Gobernación inscribe a su favor una parcela de unos 3.500 metros cuadrados en la que está ubicada la torre de almenara, que se encuentra dentro de la Finca 2 que ya se encontraba inscrita a favor del Ayuntamiento de Punta. En abril de 2015, la dirección general de Patrimonio del Estado intenta inscribir a su favor en el Catastro la parcela. Es entonces cuando se inicia un proceso judicial cuya sentencia reconoce que ese inmueble pertenece al Ayuntamiento de Punta Umbría.

Ganado el pleito y con la euforia del mismo, todo invita a dar nuevos pasos para recuperar este espacio convertido en un triste aparcamiento que ahoga y contamina visualmente la Torre Umbría. Es el momento obligado para realzar la zona y destacar la importancia que la torre de almenara tiene para Punta Umbría. Si no se desea perder aparcamiento, hágase subterráneo, una forma también para sufragar el proyecto público. La torre se levantó al pie del mar, ahora lo que tiene a su orilla es un mar de coches.

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