HACE más de cuarenta años que nos hicimos buenos y grandes amigos. Nos conocimos en Punta Umbría, donde a él le gustaba venir a pasar sus vacaciones y a navegar desde el Club Náutico que esta enclavado en la Ría puntaumbrieña, cerca de la Punta de la Canaleta, además de tener muchos amigos y clientes a los que les hacia los proyectos de arquitectura. Luego se cambió a Matalascañas, donde Alfonso desarrollaba una gran actividad profesional como arquitecto y donde yo colaboraba con él en los proyectos que realizaba con españoles y alemanes.

Más tarde, en el año 1.980, tuve la suerte de tenerlo como compañero en el Ayuntamiento. El alcalde de entonces, Cayetano Hernandez del Campo, lo contrató como arquitecto municipal. Pero ojo al dato, vino por amistad, porque le gustaba mucho su trabajo como arquitecto urbanista y porque siempre le gustó ayudar y colaborar, pero vino sin sueldo. Era un placer compartir despacho con él y con su perrita que siempre le acompañaba.

Alfonso, además de arquitecto, es un pintor destacado, un gran pintor. Tiene unas habilidades y una capacidad de improvisación, de hacer un cuadro en pocos minutos. Recuerdo que en nuestra etapa juntos en los Servicios Técnicos Municipales, me dibujó a mi con un rotring de tinta china inmerso en un despacho técnico del siglo XIX acompañado por una secretaria vestida de época, y este dibujo a plumilla lo empezó de abajo arriba y sin saber que estaba pintando, hasta llegar al resultado final que nos dejó a todos boquiabiertos. En otra ocasión, trajo un papel-cartón de pasta de celulosa para hacer pruebas, y con el mismo rotring, que era un instrumento de dibujo muy utilizado en aquellos tiempos por nosotros, con cuatro rayas y su dedo mojado en un vaso de agua, lo deslizaba por los trazos y hacia sombras, agua, nubes. En definitiva, un artista sin igual. Además, siempre lleva un bloc de hojas gruesas para pintar lo que se tercie en cada momento, sacándose una mina gruesa de su bolsillo y así pintar al carboncillo.

Alfonso es muy altruista, regala cuadros para obras sociales, todos los años organiza exposiciones y de la venta de sus cuadros, que generalmente los vende todos, el importe lo dona a ONG's con fines benéficos.

Con el afán de trabajar por Huelva, también hizo sus pinitos como político, siendo teniente alcalde del Ayuntamiento de Huelva junto al gran alcalde de Huelva, recordado por todos, Federico Molina.

Esta gran persona que es Alfonso Aramburu, no dice nunca que no a nada que sea en beneficio de los más desfavorecidos o que sea beneficioso para su ciudad, para Huelva, a la que adora y quiere. Preocupado por todo lo que tenga que ver con el futuro de nuestra ciudad, aún recuerdo las críticas que hizo llenas de razón, cuando el entonces presidente de la Junta de Andalucía vino en plena campaña electoral a prometer tres puentes que iban a unir a Huelva con Punta Umbría en tan solo 7 minutos, y que tendrían una altura considerable para dejar pasar los barcos por debajo, para lo cual habría que hacer una carretera que se fuese elevando desde 5 kilómetros antes y pasar por entre los humos de las fabricas del polo químico de la Punta del Sebo. De esta propuesta que nunca llegó a tener la consideración de proyecto, nunca más se volvió a hablar y ya han pasado muchos años desde aquella promesa electoral. Lo mismo ocurrió con aquella estación del Ave que iba a ser una torre de mucha altura y que el arquitecto que lleva Alfonso dentro de sí, inmediatamente lo vio inviable.

Participé en numerosas ocasiones en tertulias televisivas de aquellas recordadas Teleonuba y Atlántico Televisión, que tanto hicieron en pro de la cultura de Huelva. Compartíamos mesa con Sixto Romero, catedrático de Matemáticas; Francisco José Martínez, rector de la Universidad de Huelva; Mari Paz Díaz, notable periodista; Modesto Fernández Jurado y José Luis Jerez Manfredi. Tratando siempre temas de interés y actualidad de Huelva.

Alfonso tiene un gran amor por la vida, sabe disfrutarla y prueba de ello es que cada mañana sabe dar las gracias por conocer un nuevo día. Da gusto verlo pasear por las calles de Huelva, la calle del Puerto, la Plaza de las Monjas y la calle Plus Ultra camino de su estudio donde imparte clases de pintura de forma desinteresada, donde esta formando permanentemente a pintores y pintoras en Huelva.

Aún recuerdo cuando mi sobrina dijo en su ultimo año de bachiller que quería ser arquitecta, y mi hermana, su madre, me dijo "pero si esta niña no sabe dibujar, como va a estudiar esa carrera donde el dibujo tiene tanta importancia", y yo le dije "deja de mi mano eso, que la niña es muy buena estudiante y lo del dibujo lo hablaré con Alfonso, que seguro que él le dará clases y aprenderá". Y tanto que aprendió, lo primero que nos dijo es que la niña no es que no supiera dibujar, es que no sabía ver, que no se fijaba en lo que veía, y la enseño a mirar, a ver, a observar bien todo lo que había, pasaba a su alrededor, aprendió a dibujar y a pintar. Gracias a Alfonso, ella estudió la carrera que deseaba y hoy, es una gran arquitecta.

Todavía hoy en Punta Umbría manejamos un documento urbanístico que él elaboró, y que durante muchos años fue de gran utilidad en el desarrollo de esta población. Me refiero al documento de Delimitación del Suelo Urbano, cuando aquí no contábamos con ninguna herramienta urbanística aprobada. Otro asunto por el que él trabajó mucho, fue por el aeropuerto para Huelva, aeropuerto que ya tenía sus raíces en el término municipal de Gibraleón, con una infraestructura que él proponía utilizar en la zona conocida como El Pintao.

Alfonso Aramburu Terrades es un onubense de pro, es un huelvano a carta cabal que lleva siempre a esta tierra por bandera y además, es un gran amigo de sus amigos, de lo que doy fe. Por todo lo anteriormente dicho, le he querido dedicar unas palabras que no son nada más que un bosquejo, una semblanza breve por ser como es. Pero de Alfonso se podría estar escribiendo muchas horas, da para escribir un libro, y probablemente habrá quien lo escriba algún día. Naturalmente, de momento, yo lo he traído a estas páginas para ocupar un lugar de honor en esta galería de personajes notables de Huelva.