En lo escondido

Elena Sanz

Las familias del futuro

Se nos plantea el futuro laboral diametralmente diferente a lo que hace no tantos años buscábamos. Nada de lo que se pensaba que podíamos esperar tras los estudios se ha cumplido. Hemos realizado un cambio de dirección en el sentido de la marcha (como decía mi profesora de autoescuela).

Efectivamente, cuando hace unos quince años los universitarios divisaban su futuro profesional, para la mayoría salir de España era una aventura temporal. Un tiempo de aprendizaje para acceder a mejor trabajo a la vuelta. Y esto quienes eran muy ambiciosos o aventureros y buscaban subir en el ámbito laboral.

Hoy día, salir de la tierra no es una expectativa atrayente, sino una necesidad sin billete de vuelta. Salir de tu pueblo, dejar tu ciudad y abandonar tu país. Nadie está quedando en su sitio.

En aquellos años, si eras universitario tenías casi garantizado un trabajo de calidad y con un sueldo suficiente. Quizás costara un poco de esfuerzo al principio, pero con tiempo y esfuerzo ibas situándote en el lugar que te correspondía en relación a tus estudios. El horizonte era claro.

Ahora, con suerte trabajas; pedir que se corresponda con tus estudios y que, además, el sueldo sea digno, es casi una utopía. El horizonte es oscuro. Aún nos queda mucho para que se hagan realidad estas promesas políticas que nos repiten, no sé si porque creen que el optimismo consigue más que la desesperanza que nos rodea.

Quienes tengan entres sus expectativas el formar una familia, lo tiene muy difícil, porque si sumas traslados y bajos sueldos es muy difícil que el resultado nos dé estabilidad familiar. Sólo parece estar al alcance de algunos privilegiados.

Las consecuencias están claras. Porque si hoy trabajas aquí y mañana no sabes, y además necesitáis trabajar ambos miembros de la pareja para poder tener lo necesario, ¿a qué perspectivas de consolidación familiar puedes aspirar?

Además, si la futura pareja vive lejos de su lugar de pertenencia, carece de los resortes que nos permiten sustentar los vacíos que este tipo de vida, por lo que no pueden atender adecuadamente las necesidades de los niños. Es decir, que tu madre, padre, hermano, suegros recojan a los niños en esa hora que trabajas, se quede con ellos el día que se han puesto enfermos… Todo debe cubrirse con dinero (aulas matinales, comedores escolares, cuidadoras, etc.)

En estas condiciones, formar una familia es una aventura. Un esfuerzo físico, psicológico y económico enorme. Comprendo que a la gente le cueste tal y como están las cosas. Por no hablar de los problemas cuando fracasa este modelo en frágil equilibrio, recomponer los trozos es casi ingeniería de la Nasa.

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