Carme Chacón. Diputada socialista en el Congreso

¿Independencia o incompetencia?

Carme Chacón, miembro del PSC, hija de andaluz y una catalana, expresa su opinión sobre los motivos estratégicos de Artur Mas para adelantar las elecciones catalanas.

Muchos ciudadanos se preguntan por qué, en medio de la crisis más importante que se recuerda, aparece en la política catalana la independencia como gran tema electoral. ¿Por qué no la lucha contra el drama del paro o sus aún más dramáticas consecuencias: jóvenes que emigran por falta de salida profesional, desahucios, pobreza…? 

¿Por qué en medio de la escasez de recursos públicos -el Estado ha dejado de ingresar desde el inicio de la crisis 70.000 millones de euros-, Artur Mas se permite el lujo de volver a convocar a los catalanes a las urnas sin apenas haber agotado dos años de mandato? ¿Y por qué ahora, justo ahora, urge a la independencia, como si, cual maná caído del cielo, fuera a librarnos a los catalanes de todos los males que estamos sufriendo?

 

No es por casualidad. La razón por la que los catalanes tenemos que volver a votar el día 25 no es la independencia; es la incompetencia. Nunca tantas promesas saltaron por los aires en menos tiempo. 

 

Promesas sobre creación de empleo -Mas prometió reducir el paro a la mitad en dos años y después de apoyar con entusiasmo la reforma laboral de Rajoy, Cataluña es la segunda comunidad donde más crece el desempleo- ; promesas sobre sanidad, desmentidas por el cierre de plantas enteras de hospitales y listas de espera crecientes; promesas sobre educación, canceladas por un aumento récord de las tasas universitarias y la supresión de dos mil plazas de profesor; promesas de justicia y bienestar, burladas por la derogación del impuesto de sucesiones a los más adinerados y la instauración del euro sanitario; promesas de honestidad, volatilizadas por los flagrantes casos de corrupción que agobian al partido gobernante (entre los que destaca el desfalco del Palau de la Música) y a su secretario general, Oriol Pujol. 

¿Qué puede hacer un gobernante con esta desastrosa hoja de servicios y que, tras haber gobernado de la mano y con el apoyo del PP, ha sido incapaz de resistir dos años al frente del Gobierno? La respuesta está en los manuales políticos: "antes de que todos pongan su dedo sobre ti, ponlo tú sobre otro". Y le ha tocado a España. ¡La culpa es de España y en cuanto seamos independientes, desaparecerán los problemas! 

 

Si no fuera porque lo que está en juego es demasiado serio, el programa de CiU parecería una broma. En él aseguran que, cuando Cataluña sea independiente, no sólo la Unión Europea y el euro la acogerán con los brazos abiertos, sino que aumentará un 5% la esperanza de vida de los catalanes y otro tanto la tasa de supervivencia frente al cáncer. Se reducirá la pobreza en un 25% y el abandono escolar en un 10%. Se acabará el paro, por supuesto. ¡Y todo eso se logrará bajando impuestos y subiendo pensiones! 

 

Es cierto que, además, del oportunismo de Artur Mas hay otros factores que hacen posible que un mensaje tan engañoso cale entre sectores de la población: influyen desde luego las deficiencias de un modelo autonómico que ya está agotado y que, una vez cumplida su función, fomenta la duplicidad y el agravio comparativo entre comunidades autónomas; por supuesto, influye una tramitación desdichada del Estatuto de Autonomía catalán que desembocó en una sentencia del Tribunal Constitucional que cancelaba normas aprobadas por el Parlamento español y los ciudadanos catalanes; también pesan y mucho las toneladas de feroz propaganda anticatalana impulsada por el PP en los últimos años. Todavía se recuerda aquella campaña de boicot lanzada por la derecha, en toda España, en contra de los productos catalanes. Es fácil imaginar la indignación que sentiría cualquier andaluz si se desatara un boicot al aceite de oliva fuera de su tierra porque a un partido no le gusta su Estatuto de Autonomía. Todos estos factores, además de esta crisis económica devastadora, han elevado el descontento en Cataluña y han facilitado la maniobra demagógica de Artur Mas.

 

Y así nos encontramos con que, en la Cataluña de hoy, no se habla de la gestión de ese dirigente que ha gobernado de la mano del PP y ha fracasado en economía, empleo, sanidad, educación, servicios sociales; no se discute del partido gobernante al que investigan los jueces por corrupción. Tampoco se debate de alternativas ni de proyectos reales. Se ha orquestado toda una campaña para aparentar que el próximo 25 los catalanes han de elegir entre marchar hacia la tierra prometida de la independencia o seguir inmersos sin esperanza en esta crisis española. 

 

Desde el Gobierno central no se ofrece ninguna respuesta. El PP prodiga ahora declaraciones de amor a Cataluña, olvida sus pasadas responsabilidades y se ofrece como único muro de contención contra la aventura independentista. Y así, en esta campaña catalana, la tensión aumenta, las amenazas se cruzan y resulta difícil hacer oír una alternativa sensata. 

 

No es cierto que tras esta crisis y el debate catalán todo pueda seguir igual, ni que las cosas se puedan resolver volviendo al centralismo como pretende el Partido Popular; ni es cierto tampoco que la independencia sea la panacea para todos los males de los catalanes, como pretende hacernos creer CiU. Al contrario, ni salir de la UE, ni salir del euro, ni salir de España aportaría ventajas económicas o comerciales y, en cambio, generaría un auténtico destrozo en términos emocionales, sociales y de convivencia. 

 

Las soluciones son otras. Evitar el enfrentamiento de unos españoles con otros, mejorando y ordenando de común acuerdo nuestra organización territorial para llegar a un modelo federal, similar al que existe en la mayor parte de los países estables (EEUU, Alemania, Canadá…). Y desplegar una política económica y social que ponga en primer plano la superación de la crisis y el apoyo a los más golpeados por ella. Es decir, una política del todo opuesta a la que siguen al unísono tanto el PP como CiU tras su irresponsable y demagógica guerra de banderas.

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