Fila siete

Julio Verne en 3D

Julio Verne, muchos de cuyos relatos han sido llevados más de una vez al cine, sigue siendo venero inagotable de nuevas experiencias cinematográficas. Ahora en Tres Dimensiones, en salas habilitadas técnicamente para ello, proporcionando nuevas y apasionantes perspectivas a tan fascinantes narraciones. Viaje al centro de la Tierra, actualmente en las carteleras, es un buen ejemplo de esta nueva versión, que consigue renovar con más avanzadas tecnologías una modalidad de proyección cinematográfica surgida en la década de los cincuenta.

Precisamente en el año 1959 se estrenaba una admirable versión de Henry Levin de este Viaje al centro de la Tierra, que, ahora a su espectacularidad tecnológica, en su vistosa exhibición de toda suerte de efectos especiales y el sonido digital, une los poderosos atractivos propios de una aventura fantástica que siempre tiene público adicto y entusiasmado. Por ello la producción está dirigida a un público familiar que si no vio aquella versión o la muy digna del español Juan Piquer, realizada en 1976, como recordaba en mi crítica de esta nueva versión publicada en esta sección hace una semana, puede quedar deslumbrado por esta aventura que adentra a los espectadores en las más profundas sinuosidades de nuestro planeta.

La realización de Eric Brevig , tal vez no despliegue tanta imaginación como sus nobles precedentes, pero los supera con una iconografía magníficamente lograda y perfeccionada, donde los efectos visuales deparan al espectador parajes insólitos, fantásticos, sorprendentes y a la vez criaturas ya extinguidas, alucinantes y espectaculares. Por otra parte tanto en la actitud de algunos personajes como en las situaciones que viven en ocasiones, se suscitan momentos jocosos, humorísticos y divertidos. Con ellos la acción trepidante y los más comprometidos lances no sólo entretienen al espectador sino que le emocionan o intrigan.

Esa hábil combinación de la técnica tridimensional, que, insisto, sólo es posible en salas habilitadas con esta técnica de proyección, acrecienta la fuerte impresión de secuencias resueltas con actores reales, el ya clásico animatronic y los fondos digitales convenientemente añadidos.

Es protagonista y además productor ejecutivo, el popular actor Brendan Fraser, el habitual titular de la saga de La Momia, cuya tercera entrega triunfa actualmente en las carteleras internacionales y también en las onubenses. Ha apostado bien por productos esencialmente comerciales como lo es este "remake" basado en una de las más famosas novelas de Julio Verne, que se ha situado en este último fin de semana en el segundo puesto de las películas más taquilleras del momento.

No es para menos en esta producción realizada para distraer y apasionar en algún momento a los amantes de la aventura fantástica y propicia a la intriga, género que siempre ha sido muy rentable y que brinda la ocasión de admirar secuencias tan sobresalientes como las del mar interior y el campo magnético.

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