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"Siempre me he planteado el mundo artístico desde el divertimento"

  • El artista onubense continúa su gira por diversas provincias andaluzas para presentar su disco 'Tablao', una reivindicación de unos espacios fundamentales en la historia del flamenco

Tablao es la última propuesta de Arcángel (Huelva, 1977), un disco que ya ha presentado en Jaén, Sevilla y Málaga, en una gira que en junio llegará a Cádiz, Córdoba y Granada, y en julio a Madrid.

-¿Cómo surge este proyecto de reivindicación del tablao tradicional?

-Yo fui a buscar al tablao un espíritu íntimo y cercano que me apetecía vivir en estos momentos. Creí que era el sitio más adecuado para ello. Caí en la cuenta de que el flamenco le debía al tablao una puesta en valor por lo que este ha hecho por el flamenco durante tantos años. El flamenco ha tenido que pasar muchas dificultades para subsistir, cambiar su modelo de negocio... En cualquier caso, en su primera época el tablao albergó a las mayores figuras del arte flamenco, y continuó proporcionando a los profesionales el sostén y las armas suficientes para entender y aprender la profesión. Eso ha sido fundamental.

-¿Qué papel representa el tablao en el flamenco de hoy?

-Es quizá un papel más estigmatizado de la cuenta. Hacen un tipo de espectáculo más orientado a los extranjeros, porque son los que frecuentan estos sitios. Es difícil ver a muchas figuras del flamenco en los tablaos porque las condiciones económicas lo impiden. Los aficionados van más a otros espacios escénicos a ver a la gente que les gusta. Pero yo creo que han sabido hacer un buen modelo de negocio; últimamente se está viendo sobre todo a figuras del baile que están de nuevo acudiendo a los tablaos, porque además a modo de entrenamiento les viene fenomenal y les permite seguir el hilo de la profesión. Hay tablaos que están intentando hacer unas programaciones bonitas y a la gente le está gustando: está habiendo un regreso a este formato.

-El flamenco ha evolucionado mucho pero corre el riesgo de perder ciertas conexiones primarias fundamentales...

-Exactamente. Yo siempre digo que soy reivindicativo hasta donde llega la exclusión de otra cosa. Y en este sentido, igual para delante que para detrás. No soy defensor de la tradición para ir en contra de la modernidad ni al contrario.

-Un disco grabado en tres tablaos históricos...

-Podrían haber sido otros muchos. Yo intenté ir a tablaos que tuvieran mucha solera [Corral de la Morería de Madrid, el Cordobés de Barcelona y El Arenal de Sevilla]. Para mí suponía también un homenaje. Y nos abrieron las puertas. Realmente la transición entre el tablao y los espacios escénicos más grandes la hicieron ellos.

-¿Cómo fue la selección de los temas que componen el disco?

-El objetivo era trasladar, en la medida en que un soporte como el CD puede garantizar, el espíritu del tablao. El tablao implica un tipo de espectáculo vertiginoso, colorido, vibrante, y el disco es muy rítmico. Esto es lo que busqué: un repertorio que fuera rítmico, el reflejo de lo que la gente, cuando va a un tablao, puede vivir. Y cada tema tiene un sentido. Los tangos extremeños son un homenaje a esa gente de Extremadura que emigró para hacer sus carreras en Madrid o Barcelona; los cantes de Alosno, de mi tierra, están dedicados veladamente a la figura del gran Paco Toronjo, que hizo gran parte de su carrera en los tablaos de Madrid; La niña de fuego es un homenaje a Caracol, cuyo papel fue fundamental en los tablaos...

-Y con colaboraciones muy destacables...

-Sí, el elenco es fenomenal. Yo he disfrutado mucho teniendo cerca a estos guitarristas tan tremendos [Diego del Morao, Dani de Morón, Miguel Ángel Cortés], y al compás los Mellis, Carlos Grilo, Diego Montoya... Ha sido tanto el disfrute que esta gira se pensó después de grabar el disco. No estaba en la mente antes porque no sabíamos cómo iba a ser la experiencia.

-¿Cómo está recibiendo el público esta propuesta?

-Bastante bien, la verdad. Yo creo que cualquier manifestación artística crece cuando hay cercanía. Ciertamente, estamos recibiendo mucho cariño de la gente.

-En el panorama flamenco actual usted destaca por el hecho de acometer proyectos muy singulares y variados, va de la Accademia del Piacere a la reivindicación de los tablaos...

-Yo me siento un poco como Jekyll y Hyde. Intento convivir con la mayor naturalidad posible con el respeto absoluto a la tradición y la búsqueda que necesito de otras sensaciones. Siempre me he planteado el mundo artístico desde el divertimento. Cuando no me divierte algo, ya no me gusta. Siempre estoy buscando algo que me suponga la superación de un reto. Cuando estás superando algo es cuando realmente uno disfruta de las cosas. Vivo en ese constante precipicio. Me gusta porque es lo que me hace estar vivo y sentirme mejor como persona.

-¿En qué momento se encuentra el cante flamenco?

-El cante te encuentra a ti. Te va buscando y cuando tú te encuentras a ti mismo, lo encuentras a él.

-¿Cómo es la relación de las nuevas generaciones de artistas con los maestros?

-La verdad es que hay una relación bastante fluida, aunque a mí me gustaría que fuera incluso más fluida... Hay un salto generacional grande, pero ciertamente yo he tenido la suerte de convivir mucho por ejemplo con Enrique Morente, Carmen Linares, José Mercé... Gente que respeta mucho la labor que están haciendo los jóvenes, cosa que agradecemos. Creo que esto es lo que tenemos que transmitir a las generaciones que vienen por detrás.

-Y el público del flamenco, ¿está cambiando? ¿Se está ampliando?

-Yo creo que afortunadamente sí Digamos que la gente se ha quitado ese pudor que tenía de decir: "Me gusta el flamenco". Yo noto que en los conciertos cada vez hay gente más joven, más diferente..., gente que jamás había estado interesada en el flamenco y que empieza a interesarse, por la difusión en los medios y porque ahora hay unas estructuras un poco más abiertas que permiten que la gente se mueva con más facilidad y sea mejor recibida en la comunidad flamenca.

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