Cultura

El escritor Félix de Azúa: "El independentismo se basa en el resentimiento y el odio"

  • El escritor barcelonés reedita 'Mansura', una novela histórica que vio la luz en 1984 Es una alegoría de la Generación del 68

El escritor Félix de Azúa cree que la mejor salida que hay para Cataluña es "aguantar y resistir" hasta que los independentistas se aburran y acaben "comiéndose su propia bilis", porque es un movimiento "basado en el resentimiento, en el odio y, en buena medida, en la ignorancia. Hay que esperar el tiempo que haga falta -prosigue- hasta que se les pase la enfermedad, porque el nacionalismo, como todas las religiones, es una enfermedad", afirma De Azúa (Barcelona, 1944) con motivo de la reedición de Mansura, una novela histórica que el autor publicó en 1984 y que ahora reedita Reino de Redonda, la editorial de Javier Marías.

En Mansura, Félix de Azúa recrea a su antojo la crónica medieval de Jean de Joinville sobre la séptima cruzada, encabezada por el rey francés Luis IX, san Luis. La novela, en la que el autor "se inventa unos cruzados catalanes, rey incluido", como cuenta Jacinto Antón en el prólogo, encierra lecciones de vida sobre la amistad, el honor, la fidelidad, el coraje y la cobardía. Impregnada de humor e ironía, Mansura fue "mal recibida" en su época porque en los ochenta "casi nadie leía novela histórica" y dominaba "la literatura experimental y de influencia francesa, el nouveau roman", indica De Azúa. De hecho, las primeras novelas de este poeta, novelista y ensayista catalán "eran muy afrancesadas, muy aburridas de leer". Tanto, que las ha "eliminado" de su canon. Mansura es la primera que el escritor se toma "en serio".

La novela es, en realidad, "una alegoría de la cruzada" que vivieron "los del 68", la generación del autor de Historia de un idiota contada por él mismo o Diario de un hombre humillado (Premio Herralde). "Los del 68 habían vivido una cruzada. Muchos eran comunistas, una creencia religiosa, y querían convertir al comunismo a todo el mundo, algo completamente ridículo, pero no más ridículo que lo de los cristianos tratando de convertir a los sarracenos en la Edad Media. El trasunto de la novela es nuestra propia cruzada y nuestro fracaso", señala el autor.

En una novela "no se engaña a nadie" cuando se tergiversa la Historia. Muy distinto es, afirma De Azúa, si "se falsifica la Historia" para justificar las aspiraciones independentistas de una parte de los catalanes.

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