Emilio silvera. novillero sin picadores

"Uno es de donde se siente querido y como torero, eso es lo importante"

  • El novillero onubense ha querido forjarse una año más en el escalafón sin caballos El próximo 16 de julio está anunciado en la plaza de toros de Sevilla con el hierro de Villamarta

Lleva en su mochila de la vida uno de los apellidos más toreros de esta Huelva. Le recuerdo levantando apenas una cuarta del suelo, en su casa de la calle Marina. Emilio tenía todas las del mundo para ser torero. Junto a los juguetes, un armario cargado de trajes de torear señalaban siempre la impronta de un torero en casa: su padre. Sabe Emilio padre qué conlleva una tarde dura de cornada. Lleva encima la más brutal de cuantas se hayan cobrado los toros en la última época de la Merced. Pero también sabe que una tarde en derechura "no está pagá con ná". En esa disyuntiva debió moverse todo cuando el niño dejó paso al chaval, y éste dijo un día que quería ser torero. De ahí hasta ahora quedan los tentaderos iniciales, el interés que poco a poco fue despertando, experiencias y, sobre todo, dos temporadas en las que se han cuajado muchas cosas. Tantas, que parecía lógico que un nuevo Silvera debutara con caballos en pleno agosto, cuando en La Merced suena música de toros. A pocos días de que se presente la feria, y antes de retomar el protagonismo de los que están, se hacía necesario saber la opinión del torero que no va a estar por decisión propia. Estas son sus sensaciones.

-Al toro, Emilio. Que si Colombinas sí, que si Colombinas no... al final muchos hemos dado por hecho de que este era el año, pero nos equivocamos. Al final no está en la feria, más que nada porque no quiere estar.

-No se trata de querer o no querer. Es una cuestión más de fondo que de forma. Sé que el día que toque voy a sentir la emoción de hacer uno de los paseíllos más bonitos de mi vida. Creo que las personas que están llevando mi carrera artística han preferido aguardar un año más con el eral. No es cuestión de precipitar nada. A mí, particularmente, me hubiese gustado estar este año debutando en Colombinas, pero yo debo ser respetuoso con quienes planifican y luchan para que yo me cuaje como torero.

-Pero había cuajado muchas expectativas con su posible debut.

-Las expectativas son buenas para un momento, pero esto no es cuestión de un momento. Hacen falta fondo y siempre hemos demorado el anunciarnos en Huelva porque mi gente siempre ha tenido en mente que el día que pise esta plaza sea para que vean a un torero que ha tenido la paciencia de formarse poco a poco. Yo tengo un agradecimiento importante por todos los que se han alegrado o preguntado por ese debut, pero la decisión la han tomado las personas que saben y a mí lo que me queda ahora mismo es entrenar, aceptar, y aprovechar las oportunidades...

-Oportunidades que pasan por Sevilla ahora en julio..

-Pues sí. Ya parece que está todo en firme y que voy a tener la gran suerte de entrar en uno de los carteles que la Maestranza ofrece ahora en julio. Tengo muchas esperanzas para ese día.

-Sevilla...Huelva...¿Termina cansando que a uno le pongan etiquetas de lugares?

-Es una cosa que no pienso. Uno se siente de donde lo quieren. Es una bobería porque al fin eso no te da ni quita nada para que uno toree mejor o peor. Yo nací en Sevilla y me crié en Huelva. Tengo la suerte de que son dos tierras magníficas y si de un lado o de otro se alegran cuando yo triunfo, pues será, como te digo, una doble suerte porque a las dos las quiero de verdad.

-Antes de este Emilio Silvera, ya estuvo otro.

-En realidad dos, porque mi abuelo Emilio también vistió de luces. Mi padre ha sido un torero importante para esta ciudad. A mí me aporta muchas cosas, sobre todo cuanto estás empezando. Es parte de una seguridad adicional cuando uno está solo en el ruedo, pero al fin y al cabo la meta que tengo es vivir mi propia forma de toreo. Me quedan muchas cosas que aprender, muchas volteretas que aceptar porque hay que quedarse quieto, pero al final todo eso tendrá que ir asomando con el tiempo. Las prisas en esta profesión matan las oportunidades.

-Un torero sin Twitter, ¿quién es hoy?

-Pues un torero que cuenta poco de su vida, pero al fin y al cabo una persona normal como otras muchas que hay sin redes sociales. Las uso, no soy de contar muchas cosas al momento, aunque esté convencido de que es una buena ventana para conectar el toreo con el mundo. Pertenecen a nuestra vida y no abusando, son positivas. Los jóvenes que toreamos somos diferentes en que la madurez nos llega más de golpe que otros compañeros, pero el torero, y menos uno joven, debe ser alguien que esté desconectado de todo este mundo.

-¿Qué espera del toreo?

-Que me dé el suficiente tiempo para llegar a ser figura del toreo. Ese es mi deseo desde que un día le dije a mi padre y a mi madre, que quería empezar a torear.

-Pues para eso hace falta tener cosas. ¿Qué es lo que tiene usted?

-Diecinueve años, una ambición sin límites, las prisas justas, una afición enorme y un toreo que creo que gusta cuando me sale del fondo. Creo que con estas cosas uno puede empezar a hacer el camino y en ello estoy.

-No se puede decir que le tocaran las palmas cuando comunicó que iba a ser torero. Al final lo que tiene ahora es un batallón de seguidores en el tendido, y de los que no dan tregua al palco cuando hay ocasión.

-{Sonríe el novillero}. Fíjate como son las cosas. Yo había empezado a entrenar ese verano con mi padre aquí en Huelva y cuando llegué a Sevilla le conté a mi madre lo que había decidido. Aquí todo el mundo se puso las manos en la cabeza

-¿Los padres de torero son especialmente agobiantes desde el callejón?

-No especialmente. Hablo por mí, claro, pero no creo que lo sean. Hay que entender que ellos son personas que ven soluciones y dificultades que tú a lo mejor todavía no has percibido. Son gente que se han puesto delante de un toro, y además, es tu padre y lo que se te viene a la mente es que quiere lo mejor para ti. Cuando hay un novillo con dificultades es mejor saber que hay alguien que puede orientarte bien. Cuando no hay problemas y tu puedes con aquello, aunque sea egoísta decirlo, a veces no se escucha muy bien desde el ruedo.

-Alguien como Pauloba tampoco termina siendo mala referencia para aprender...

-La verdad es que no. Él ha sido un torero que ha tenido mucha clase y conocimiento ante el toro. Alguien que ha probado la dureza del oficio y que sabe de que habla cuando te da un consejo o te corrige. Es mucha suerte para mí poder contar con su consejo.

-¿El consejo que mejor ha aceptado, el que usted le ha dado más valor con el tiempo, de todos los que le ha dado su padre?

-Que siempre sea yo mismo. Que no imite a nadie.

-Y si tuviese que elegir ser alguien que no fuese usted, ¿Quién le gustaría ser?

-Yo.

-Es obvio ese tópico de preguntar a un torero cómo lo ven los demás, pero lo que yo le quiero preguntar es cómo se ve a sí mismo cuando mira su ambiente.

-Una persona joven que sale a veces con los amigos, que vive una vida sana, que dedica mucho tiempo a una cosa que le apasiona y que no le pesa hacer sacrificios para llegar a lo más alto. Por lo demás, alguien normal, porque hoy en día el torero no viene saliendo de ningún ambiente degradado o con problemas. Somos gente normal para vivir una vida normal, y alguien que vive una vida excepcional cuando se pone delante de un toro para intentar transmitir sensaciones muy diversas.

-¿Cómo abrochamos esta entrevista?

-Con el máximo agradecimiento a todos los que han estado hasta ahora a mi lado. A mis amigos porque me quieren y a mis enemigos porque al fin son los que te dan la importancia. También a la empresa de Huelva por haber procurado mi debut en esta plaza y por una feria tan importante como han hecho. Pero por encima de todo, a los aficionados, independientemente de donde sean, porque a ellos va dedicado siempre mi esfuerzo ante el toro.

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