En un ambiente festivo muy especial, que recreó en la plaza del Marqués, en Moguer, a ese pueblo de principios del siglo XX que inspiró a Juan Ramón Jiménez para escribir su inmortal Platero y yo, fue inaugurada la quinta escultura del Museo al Aire Libre Platero EScultura, impulsado por la Fundación Municipal de Cultura con el patrocinio de distintas empresas e instituciones colaboradoras.
Se trata de un conjunto escultórico en bronce a tamaño real, inspirado en el capítulo XLIX El Tío de las vistas, y realizado por el artista de la Palma del Condado Martín Lepe Lagares. La inauguración de la obra se inició con la lectura del texto que el Nobel moguereño dedica a este personaje: "De pronto, sin matices, rompe el silencio de la calle el seco redoble de un tamborcillo. Luego, una voz cascada tiembla un pregón jadeoso y largo. Se oyen carreras, calle abajo… Los chiquillos gritan: ¡El tío de las vista ! ¡Las vistas! ¡Las vistas!".
Este nuevo impulso al Museo al Aire Libre ha sido posible gracias a la decidida colaboración de la Obra Social La Caixa, a la que el Ayuntamiento ha concedido el título de Embajadora del Año Platero por contribuir en el centenario a perpetuar la presencia de la elegía andaluza en la ciudad que inspiró al poeta.
El alcalde de Moguer, Gustavo Cuéllar; el director del Área de Negocios de la Caixa, Juan Manuel Llinares y el propio autor Martín Lagares, acompañados por las concejalas de Cultura, Lourdes Garrido, y de Urbanismo, Rocío Domínguez, fueron los encargados de develar esta nueva pieza con la que Moguer quiere dejar en sus calles una huella permanente de recuerdo y agradecimiento a la obra que mejor ha captado la esencia y el alma de la localidad, cuyo atractivo cultural se ve ahora enriquecido con esta nueva escultura que encierra en su interior, a modo de sorpresa, algunas de las imágenes a las que se refiere el poeta en este capítulo.
Para seguir arropando a Juan Ramón Jiménez y a Platero en su regreso a las calles de Moguer, muchos vecinos se ataviaron con trajes típicos de la época para rendir su particular homenaje al Nobel y dar mayor vistosidad a una multitudinaria verbena popular en la que no faltaron los dulces típicos, la música y el ambiente más característico de la época en la que Juan Ramón Jiménez y su borriquillo recorrían las calles de la localidad.
En este acto de homenaje al más grande poeta lírico en habla hispana del siglo XX, no podía faltar el recuerdo a la mujer que desempeñó un papel fundamental en la vida del Nobel, su esposa Zenobia Camprubí, cuya estatua ha vuelto a su Plaza del Marqués para ocupar ahora un lugar más destacado y protagonista tras la remodelación ejecutada en el espacio público.
La musa de Juan Ramón, tan querida y admirada en el pueblo de Moguer, comparte ahora escenario con El tío de las vistas, personaje de la obra que ha perpetuado en la localidad el recuerdo de Platero y yo.
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