Encontramos a Víctor Ullate casi con las maletas en la mano, de vuelta de Barcelona, donde su compañía había estado dos semanas representando con lleno diario en el Teatro Poliorama El Sur, el espectáculo con el que el bailarín y coreógrafo rinde homenaje al granadino Enrique Morente. Ullate lo ha paseado ya por media España y Francia pero aún no se ha visto en Granada, "y por ahora no parece que vaya a verse", comenta con tristeza el coreógrafo. Y su mano derecha, el granadino Eduardo Lao, sostiene que "es un error de programación cultural que en Granada no pueda verse El Sur, un espectáculo que trabaja desde las raíces proyectándolas al futuro, porque lo mismo que hizo Enrique por el flamenco es lo que hace Ullate por la danza neoclásica. Si no viniera al Festival, o incluso al ciclo Lorca en el Generalife, sería un error brutal".

-¿Dónde nace 'El Sur'?

-Quise reflejar la inspiración, el germen artístico que el arte flamenco de Morente produce en la danza. Yo le pedí a Enrique conocernos, porque viviendo los dos en Granada, yo era un gran admirador suyo. Una noche de verano, hace casi diez años, visité a la familia en su casa, con esa terraza frente a la Alhambra, y le dije que quería hacer un ballet con él. Fue muy generoso, me dio grabaciones suyas, de directos nunca escuchados, y están en el espectáculo. Recuerdo que hablamos muchísimo de Estrella, una musa para él y para muchos, que proyecta algo que no es terrenal, como un ángel que canta, es espectacular. Me siento muy cercano a esa familia, a Aurora, son gente muy especial, muy artista, que lo da todo a cambio de un aplauso del público. Hablamos el mismo lenguaje.

-De ahí surgió el espectáculo que estrenó en 2005, pero ahora lo ha remozado...

-Retomo El Sur pero con un final distinto donde trato de evocar la historia posterior de Morente, con canciones suyas y de Estrella, pero ahora acaba con el Claro de luna de Beethoven cantado por Enrique, que dice que medio mundo se ríe del otro medio. Es un agradecimiento por lo que ha dejado, por su legado maravilloso. Y claro, qué mejor sitio que Granada para que se vea El Sur, porque no solo tiene mucho de Morente, también de Lorca, de Falla, de Granada en suma . El año pasado el Festival de Música y Danza me prometió que la compañía estaría este año, y siempre pensé en El Sur o en el nuevo montaje que hemos hecho de El amor brujo, pero no va a ser así.

-Se anuncia presencia de sus bailarines en la gala de ballet que ha programado el Festival...

-Si no tenemos actuación sí podremos estar, pero si tenemos que actuar en otro sitio no sé si será posible. Volviendo al homenaje a Morente, me dolería que no pudiera verse en su ciudad, también por mi relación con Granada, donde está mi casa familiar y donde vuelvo siempre que puedo, y con el Festival, que me dio su medalla, razón de sobra para que mi compañía estuviese asiduamente. La ausencia duele especialmente a Eduardo Lao, granadino y director artístico de la compañía que sin él no funcionaría. Yo ya voy no teniendo edad, y entre mi fundación, mi escuela, mis clases que sigo dando no podría estar en los ensayos y cuidar la compañía como hace Eduardo.

-La compañía tiene además otro proyecto en marcha con Estrella Morente.

-Sí, estará con nosotros el 28 de diciembre en el Teatro Real en el nuevo montaje que he hecho de El amor brujo, donde he remozado totalmente mi versión anterior de los años noventa, cambiando prácticamente todo, parte de la coreografía y vestidos, escenografías, luces, con la pintura de Romero de Torres como referente estético. Lo acabamos de estrenar en la Ópera de Vichy con un éxito estruendoso, y para el pase en Madrid tendremos a Estrella en el escenario interpretando un papel, integrada en la compañía de baile.

-Giras por toda Francia, otra para la temporada 2015-16 por Sudamérica, estrenos en el extranjero. Pasa por un momento dulce.

-Yo me siento muy respetado y bien tratado no sólo en mi país, en Francia es como una segunda casa, soy muy conocido y gusta mucho mi trabajo, estamos en auge, nos sentimos una compañía muy mimada, pero tengo la espinita de que en mi propia Granada no se puedan ver mis espectáculos.