La naturaleza y la música como inspiración, y el hierro como instrumento para dar rienda suelta a su creatividad artística. El polifacético artista Rafael Álvarez muestra, en el centro Puerta del Atlántico, Herrumbres, su primera exposición de esculturas, enmarcadas en el arte povera, el denominado arte pobre realizado con material reciclado.

Piezas férreas, que Álvarez se ha ido encontrando, se han trasformado, a base de estudiadas composiciones fijadas con soldaduras, en auténticas obras de arte. Tornillos, herraduras, tuercas, puntillas, bisagras, cadenas de bici, llaves inglesas, candados... han pasado a formar parte de originales figuras ideadas por su autor. "Es muy atractivo trabajar con hierro", indica el artista, que comenta que siempre le ha gustado la escultura, una pasión que "ha crecido" con la práctica, a lo que también ha contribuido el material empleado, "el olor del hierro viejo, el fuego...", todo un ritual que ha dado como fruto una colección de esculturas caracterizada por su variedad temática.

Veinte obras conforman la exposición, en la que empezó a trabajar el pasado mes de julio, aprovechando un periodo de menos actuaciones musicales -Álvarez se dedica a la música hace más de veinte años-. Explica que está viviendo en un molino del siglo XIX, en la Sierra de Aracena, que está restaurando, y todo ello le sirvió de inspiración en su faceta de escultor. Destaca que trabaja con un aparato de soldar que le regalo su padre hace veinte años.

Es autodidacta. El germen de su obra se encuentra en una artística reja con herradura que colocó en una fachada en una casa que restauró en Linares de la Sierra. El hierro es por tanto un material con el que había trabajado. Aparte, estuvo un tiempo viviendo en Marruecos y tuvo la oportunidad de ver la forma de trabajar el material reciclado. Le llamó entonces la atención un chaval que hacía esculturas "con hierros inertes a los que le sacaba vida". Todo ello le llevó a Álvarez a realizar su colección de esculturas de arte povera, que "tiene mucho de la naturaleza. No me he basado en nada en concreto, la inspiración me viene dada de el propio molino, del entorno en el que se encuentra".

Señala que a la hora de realizar una escultura, pone los materiales en el suelo, los va cogiendo y "lo que va surgiendo". En algunas piezas ha empleado entre dos y tres días, "desde que te surge la idea y la acabas", mientras que otras las ha hecho en horas.

Álvarez manifiesta que con la escultura le pasa igual que con la música, todos sus discos son primera tomas, "es coger el instrumento y grabar, con el hierro me pasa lo mismo. Me surge la inspiración de una obra y ésta fluye con bastante velocidad".

La música está muy presente en la exposición. De fondo suenan temas grabados por él, así como su último trabajo discográfico, Cristata, "un encuentro con lo céltico". También hay en su obra escultórica una alusión al folk, con esculturas de músicos: un bajista, un violinista y un trovador.

La exposición se puede ver hasta el próximo 15 de noviembre, de lunes a sábados, de 10:00 a 14:00, y de lunes a viernes, de 17:00 a 20:30.