Rafael Prado. Músico

"Del Do al Re no hay sólo un tono, sino todo lo que tú quieras que haya"

  • El onubense lleva 'Metamorfosis' al Gran Teatro el sábado Ópera y flamenco, música clásica y tecno se acarician en un espectáculo original

Rafael Prado (Minas de Riotinto, 1975) es más que un pianista y compositor. Es el artífice de una nueva forma de concierto en el que, a modo de espectáculo sonoro y visual, fusiona disciplinas para crear una propuesta única. Como la que llevará al Gran Teatro el próximo sábado a las 21:00 bajo el título de Metamorfosis. Toda una declaración de intereses.

-¿Cómo surgió 'Metamorfosis'?

-Surge de un planteamiento humanista de intentar ofrecer al público un mensaje diferente al concierto tradicional que yo considero obsoleto. Soy un músico de conservatorio con tres licenciaturas en las especialidades de Piano, Solfeo, Teoría de la música, Transporte y Acompañamiento y Composición, Instrumentación, Contrapunto, Armonía y Fuga. Pero cuando hice el doctorado en Comunicación Audiovisual en Sevilla se abrió ante mi un campo muy grande en todos los sentidos a nivel sensorial. Entonces planteé un espectáculo que fuera diferente a lo que tradicionalmente podemos escuchar y ver en los escenarios.

-¿En qué consiste la propuesta?

-La idea es fusionar todas las estéticas e influencias desde el principio de la música y el arte para que quien vaya a un concierto pueda escuchar música popular, encontrarse con un nocturno de Chopin y, de momento, ver a un DJ que aparece en escena tocando conmigo. Se trata de fusionar, por ejemplo, tecno con música clásica desde una perspectiva que le guste al público. El mensaje es directamente para el público. También fusionamos música operística, a través de la soprano Aurora Gómez, con flamenco. Es casi directamente fusionar, pero rozándose solamente.

-¿Cómo se logra eso?

-En la fusión hay que respetar las estéticas y los lenguajes de cada uno de los estilos, que hay que mantener. Entonces es fusión pero solamente rozándose.

-El espectáculo también incluye a grandes personajes. ¿Cuáles acudirán al Gran Teatro?

-Sí, aparecerá un actor, todo ello aderezado con efectos especiales en la escenografía, que representará, por ejemplo, a Juan Cobos Wilkins, escritor que está encuadrado en la Suite Genios de Andalucía, una obra que he llevado por toda España, compuesta sobre nueve genios nacidos en Andalucía. Dentro de esos genios están Juan Ramón Jiménez, Vázquez Díaz, Picasso, Lorca o Alberti y para esta Metamorfosis he seleccionado, además de a Juan Cobos Wilkins, a Picasso y Lorca. Estarán representados por el actor como si estuvieran en el escenario pero de una forma muy minimalista.

-En su carrera también cobra importancia Francisco Ayala: Ha trabajado en su Fundación.

-Mi director de tesis, Manuel Ángel Vázquez Medel, presidía la Fundación y tuve la suerte de que me encargaran una obra de Ayala que incluí dentro de Genios de Andalucía y realicé toda la digitalización de los audios que había. El hecho de disponer de todos los materiales para masterizarlos me puso en la órbita en todo su pensamiento. Estrené la obra en Granada en 1995 y él no pudo asistir porque hacía mucho frío. Pero fue Carolyn Richmond y fue fantástico. Él decía que su secreto para la longevidad consistía en tomar un whisky cada noche y dos manzanas. Era un hombre fantástico y especial.

-Su tesis sobre el lenguaje musical en el cine de Kubrick le abrió nuevos horizontes pero, ¿qué otros referentes tuvo para llegar hasta esta 'Metamorfosis'?

-Desde que yo era pequeño mi padre era una persona con la cabeza en el siglo XXI. Empecé en la música con 6 años, dos años después escribí mi primera obra y con 14 quería un vespino. Mi padre me llevó a una tienda de motos pero sin ruedas: Eran teclados, sintetizadores, etc. Cuando escuché aquello, quise una moto de esas. Esa incursión en las nuevas tecnologías me hizo evolucionar y hacer Metamorfosis. Mis profesores de piano clásico se asustaron porque creyeron que iba a dejar la música con aquello de los sintetizadores. Y para nada, porque me abrió un mundo mucho más amplio y me di cuenta de que del Do al Re no hay un nota, hay lo que tú quieras que haya.

-La tesis la hizo sobre eso precisamente.

-Sí, traté de poner en sinergia diferentes tipos de lenguaje. Otras veces he producido conciertos artísticos interdisciplinares: He llevado a pintores, poetas, escultores y actores a un escenario. Y la experiencia ha sido muy grata. La Metamorfosis es eso, es posibilidad de cambio. En muy poco tiempo la ciencia ha evolucionado pero en 2.000 años no hemos sido capaces de que no haya guerras, conflictos o sectarismos. Socialmente no hemos evolucionado nada y yo creo que nuestro trabajo es ese: Estar abierto al cambio, a que cualquier cosa sea posible si uno lo quiere. ¿Por qué el pianista clásico sólo puede tocar clásico y no puede fusionarse con otras cosas?

-¿Quiénes le han 'metamorfoseado' a usted?

-Manuel Ángel Vázquez Medel es una figura muy importante y la catedrática Elena Barroso también. Son personas que de alguna manera han hecho que me dé cuenta de que hay muchas más perspectivas. Viendo los conservatorios y la música actual desde la perspectiva clásica, creo que es necesario una revolución y un cambio total. De hecho, hoy día la gente joven no va a los teatros. Hay que ofrecer otro tipo de productos que sea bueno, que tenga calidad, mensaje en las letras y música, que conecte con lo que está pasando.

-Pero usted no renuncia a un concierto clásico, ¿verdad?

-Yo era de los pianistas, pianistas, y hubo un día en que dije: "A mí me gusta mucho crear también". Preparando un concierto de Romanino estoy 6 meses, luego lo toco con la orquesta y se acabó. Pero eso no me llena. Me planteé mucho más: Empezar a crear obras con sello propio y luego interpretarlas. Pero sin descartar que puedo tocar un nocturno de Chopin o un pasodoble. La Metamorfosis está abierta, ningún concierto será igual.

-¿Su música se ha topado con críticas prejuiciosas?

-De alguna manera te avala tu formación. Hay que conocer las normas para poder saltárselas y yo me las he aprendido todas, de modo que me resulta hasta más difícil saltármelas. Pero el público es el que tiene la decisión; estamos en una democratización artística, donde el arte subvencionado no puede ser arte. Es imposible, porque el arte es igual a libertad y las subvenciones te condicionan. Mozart ya se lo curró en su época clásica y creó de alguna manera el concierto público. Iba vendiendo sus entradas meses antes. Igual que el pintor hace su obra, la cuelga en una galería y es adquirida por la persona a la que le guste, el arte debe caminar por ahí. Por eso debe conectar con el público. Ahora hay una desconexión total con el mundo artístico.

-¿Cuánta gente está implicada en 'Metamorfosis'?

-Es un equipo de 25 personas: Un plantel de 16 artistas y 9 técnicos. Cada uno hace su aportación esencial para que la maquinaria funcione a la perfección. Son verdaderos artistas, no es una selección al azar. Y todo el equipo es onubense.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios