Cultura

El Otoño Cultural dedica su cuarta exposición de 2012 a Jorge Camacho

  • La muestra reúne en el Museo la obra inédita del pintor surrealista vinculada a Huelva

El Otoño Cultural Iberoamericano, OCIb 2012, fue el marco elegido para la primera muestra que se organiza tras la muerte en marzo de 2011 del artista surrealista cubano Jorge Camacho, Elogio de los Sueños, donde se reúne una parte significativa de obras inéditas del artista. Además es la cuarta exposición que inaugura esta temporada OCIb.

La colección, que podrá verse hasta el 30 de noviembre en el Museo Provincial de Huelva, se inauguró ayer por el consejero de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, quien definió a Jorge Camacho (La Habana 1934/París 2011) como "el último de los grandes surrealistas y un luchador incansable por la libertad y la democracia". Se trata de la obra más andaluza del artista, estrechamente vinculado a esta tierra, especialmente a Huelva, realizada desde 1975 hasta pocos meses antes de su muerte en París.

Elogio de los sueños constituye un recorrido por las diversas modalidades de expresión artística que legó este exponente del surrealismo, cuyas obras están repartidas por importantes galerías y museos de todo el mundo.

La muestra se estructura en varios núcleos: lienzos, papeles con imágenes de agua en movimiento realizadas como homenaje a Leonardo da Vinci, tauromaquias, una reinterpretación de la iconografía maya en dos esculturas cúbicas -una de madera y otra de cristal-, y un grupo de tótems, un minucioso trabajo de introspección simbólica que forman la columna vertebral de la exposición.

Se completa con un audiovisual de las fotografías que Camacho tomó en Venezuela, en el que abundan pájaros de gran belleza.

Juan Bautista, comisario de la muestra, dijo que Camacho "fue un surrealista esencial, combativo, de profundas e inamovibles convicciones; buscador y creador de mundos imaginarios propios, soñados", además de "un gran batallador contra el realismo, de cualquier índole o procedencia, que consideraba como el enemigo más siniestro de la creación pictórica o poética".

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