Cultura

La mano que mece la cuna

MulticinesLa Dehesa Islantilla, CineBox Aqualon Puerto Huelva, El Condado Cinemas 7 y Al Andalus Punta Umbría.- T.O. 'Super 8'.- Producción: Estados Unidos, 2011.- Duración: 114 minutos.- Dirección y guión: J J. Abrahams.- Fotografía: Larry Fong.- Música: Michael Giacchino.- Montaje: Maryann Brandon y Mary Jo Markey Intérpretes: Jowel Courtney, Kyle Chandler, Amanda Michalka, Elle Fanning, Gabriel Basso, Ron Eldard, Noah Emmerich, Riley Griffiths, Zach Mills, Ryan Lee.

Steven Spielberg siempre ha hecho la película, que como él no se ha cansado de repetir: "le habría gustado ver cuando era niño". Aunque el no la dirija puede ser, como de hecho lo ha sido muchas veces, la mano que mece la cuna, quien está detrás del invento para el que tiene esa poderosa extremidad de Rey Midas que todo lo convierte en oro. Quizás sea el promotor de esa infantilización del cine que resulta tan rentable y que se ha impuesto de manera aplastante en el cine comercial de Estados Unidos. Super 8 corrobora esa tradición: es un fenómeno en la taquilla de su país y pronto lo será en las de todo el mundo.

Ahora nos traslada a una pequeña población de Ohio. Corre el año 1979 y un grupo de amigos, como el mismo Spielberg cuando era adolescente, se propone rodar una película de zombis en Super 8. Mientras efectúan el rodaje son testigos de un catastrófico accidente ferroviario, del que ellos mismos se libran por muy poco. Más tarde descubren que no fue un accidente y poco después empiezan a suceder en el pueblo una serie de misteriosas desapariciones y acontecimientos inexplicables. El sheriff adjunto, Jack Lamb, trata de descubrir la verdad. Pero ésta puede suponer algo mucho más terrorífico de lo que puedan imaginar.

J.J. Abrams, el creador de Perdidos y director de películas tan intencionadamente comerciales como Misión imposible 3 (2006) o la última versión de Star Trek (2009), nos remite directamente con regusto doméstico y familiar, además de evidentes afectos sentimentales, al cine de los ochenta, que tan entrañable le resulta a él y a su mentor. Es decir un puro cine de entretenimiento con buena factura técnica, óptimos recursos de producción y remembranzas de ciencia-ficción bien notables. En pocas palabras la hábil utilización de esos elementos reminiscentes de la humanización de personajes y circunstancias, que tanto aman los nostálgicos y adoradores de un cine spielbergiano a ultranza.

Con sus indecisiones de ritmo narrativo, su falta de emociones convincentes y sin la vitalidad que sería necesaria, J. J. Abrams, dirige con corrección lo que los amantes de esta cinematografía esperan de la película. Con sus rasgos de humor y las grandes dosis de aventura les entretiene, les enternece en los momentos precisos y en el fondo agrada a cuantos nos apasionamos por el cine.

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