Pasadas las elecciones, todo seguirá igual. La acampada de Democracia Real Ya en Huelva seguirá de forma indefinida en la plaza de la Constitución de la capital. La asamblea del movimiento lo decidió ayer tarde por aclamación, dejando muy claro que la lucha continuará hasta que se logren los objetivos marcados.

En plena jornada electoral, la incógnita de la continuidad de las acciones estaba por despejar. Pero las ideas estaban claras. No hizo falta mucho tiempo para llegar a un acuerdo. Apenas tres intervenciones para recordar que nada cambia porque se hayan celebrado unas elecciones municipales.

"Esto es una carrera de fondo", aseguró uno de los presentes. Y así lo entendieron todos, que mostraron su disposición para organizarse y hacer factible el esfuerzo que supondrá mantener el campamento a las puertas del Ayuntamiento.

No queda claro hasta cuándo se mantendrá la acampada. La intención es seguir el máximo posible. Una semana más, seguro. Algunos apuntaban hasta el Rocío, otros al verano. Nadie lo sabe. La asamblea lo decidirá en su momento.

En cualquier caso hay ganas de trabajar y el colectivo lo está demostrando con cada vez más gente implicada, más grupos de trabajo en distintas disciplinas y más firmas de apoyo a un movimiento que está en pleno crecimiento.

El tránsito a la jornada laboral fue intenso en la plaza de la Constitución. Más público que nunca se reunió esa noche a la llamada de la vigilia, sin distinción de edad ni condición. Ejemplo de civismo en cada rincón, objeto de encuentros entre personas anónimas, sensibilizadas con el movimiento y conversadoras incansables, siempre con un profundo respeto por las opiniones de los demás, y con una clara voluntad de colaborar e implicarse para que las acciones no desfallezcan.

Hasta nueve grupos de trabajo se reunieron en pequeños corrillos por toda la plaza. Todo el mundo quería aportar, dar su opinión y trabajar por un fin común. Lo de menos es que fueran las dos de la mañana. Hay un grupo jurídico, con abogado de guardia incluido, y de comunicación, medio ambiente, acción política y social, animación, vivienda, educación, trabajo social y salud. Todos se encargan de que la improvisada maquinaria ciudadana siga su curso natural, construyendo una base sólida y razonada.

Son las tres de la madrugada y alguno empieza a meterse en los sacos de dormir o a descansar en butacas. La actividad no para aunque ya no suene la música como antes. Se organiza una tertulia literaria mientras se termina en una esquina de las escalinatas el comunicado diario de la acampada para la prensa y el blog, con fotos de la vigilia incluidas. Al lado, una pantalla y un pequeño proyector vuelven a captar la atención de la mayoría concentrada en el edificio de Hacienda.

"Vosotros, el pueblo, tenéis el poder de hacer esta vida libre y hermosa, de convertirla en una maravillosa aventura. En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble, que garantice a los hombres trabajo y dé a la juventud un futuro, y a la vejez, seguridad".

Estas palabras arrancan aplausos en los presentes. Vienen a través de la pantalla, de Charles Chaplin. Forman parte del conocido discurso final de la película El gran dictador. Tiene 71 años pero sigue emocionando y da ánimos a los concentrados.

Como las palabras de esa mujer en la radio hace unos días. Otra arenga entre imágenes de la acampada de Madrid y documentales que amenizan el paso de las horas. Hay calma pero intensa, como se viven estos días en la plaza Tahrir onubense. Un día más de acampada y un día menos para alcanzar el objetivo. Hay cansancio pero nadie se va a rendir. Hoy no hay elecciones pero se dará un paso más. Los onubenses tienen de nuevo su cita diaria en el mismo sitio por la tarde. Nadie quiere dejar de hablar.