Se está convirtiendo en algo habitual y ahí reside precisamente uno de los aspectos más terribles del desempleo. Cada mes, nuevas cifras que esconden detrás de cada número un drama y que pasan sin el efecto que se podría esperar, como aquél que se automedica y llega un momento en el que los antibióticos no hacen su efecto.

El virus que se ha instalado en el mercado laboral ha dejado a 24.200 hogares de la provincia con todos sus miembros en paro, un 46% más de los que había hace tan sólo un año en Huelva.

En Huelva hay 176.800 hogares y en 138.800 de ellos al menos uno de sus miembros es activo (con 16 años o más y que está en disposición de trabajar). Es ahí donde están esas 24.200 familias en las que nadie ingresa una nómina a final de mes, es decir, que casi el 17,46% de los hogares donde hay algún activo (se excluyen las viviendas de estudiantes, así como las habitadas por jubilados) se puede denominar como hogar parado.

Cada vez son más los que sufren esta situación, pero ese no es el único indicador que refleja la cara más cruel del desempleo en la provincia. Si se echa la vista al resto de andaluces, se comprueba que es la onubense la que muestra la evolución más negativa. En un año se han ganado 7.600 hogares en situación de desempleo, lo que supone que cada día se han sumado a esta realidad 21 familias de la provincia. En doce meses, el aumento ha llegado al 46%, muy superior al del resto de provincias andaluzas, donde tan sólo se acerca Málaga, con un 21%. Le siguen, aunque muy de lejos a Huelva, Almería (18%), Córdoba (17%), Jaén (13%), Cádiz (2%), Sevilla (2%) y Granada, que es la única que muestra una situación favorable, con un 2% menos de familias que no reciben ingreso oficial alguno por empleo.

Aumenta el paro y también la dependencia. Ya son 38.000 los hogares en los que ninguno de sus miembros son activos (hace un año eran 37.100). La consecuencia de todo ello (además de la impotencia personal y el drama que se vive en las familias) es que poco a poco se va adquiriendo un nivel de improductividad que, además de mermar los ingresos en la Seguridad Social, genera un gasto público extra. Pero además, el alto nivel de desempleo y la dificultad para la reinserción están provocando un incremento de los parados de larga duración, que son precisamente -junto a los que han estado sujetos a contratos temporales- los que van agotando el derecho a cobrar las prestaciones y la capacidad para generar nuevos derechos para ingresar algún tipo de ayuda.

Dentro de poco más de una semana, volverán a salir las listas del desempleo y se espera, que este mes, como viene siendo habitual en la provincia, se de un respiro al registro del paro, consecuencia de la actividad en la campaña agrícola, y se puedan dar cifras positivas.