Patrimonio Durante un año ha estado fuera, pendiente del destino final que le daría la Gerencia de Urbanismo

Otra vez vuelve

  • La calle Concepción recupera el candelabro farola que había desaparecido tras la reforma de la nueva solería peatonal

"Otra vez vuelve". Esta fue la frase lapidaria de Juan Llanes Muñoz cuando pasaba delante del candelabro-farola y el camión grúa intentaba descargarlo. Superado los noventa años, Juan Llanes continuó su caminar hacia la Concepción a visitar al Señor como todas las mañanas, mientras el candelabro ocupa un nuevo lugar, ahora empujado hacia la fachada de la iglesia. Se sumaron otras frases espontáneas de la gente dando la bienvenida al candelabro.

Primero fue una grúa de gran tonelaje la que dejó el basamento en su sitio, nada que ver con la belleza del anterior. Quedó perfectamente encajado, no pasó lo mismo al final con el candelabro que después de muchas maniobras fue depositado junto al basamento. La mañana estuvo entretenida junto al candelabro, cada vez se iban sumando más personas a la bajada del candelabro desde el camión. Que si lo agarramos por aquí, que si se le pone el nudo de tal forma, lo cierto es que muchos se aburrieron y hasta le dio tiempo a despertarse el lugar con el sol. A lo que no se animaron es a sentarse en el banco. Pero si es de madera reparó alguno. Sí, pero tan al filo de la carretera puede uno acabar de copiloto en cualquier coche que pase. Se escucharon los toques de las medias que avisaban de la misa de doce y el candelabro bajaba, media hora después y con el sonido de más campanas se volvió a levantar; ya le había dado tiempo a las arquitectas del Ayuntamiento a pasarse para ver cómo iba todo, incluso hasta Francisco Moro metió la cabeza pero optó por continuar su camino. Y después de tener el candelabro en el aire, tras varias mediciones y comprobar que la plantilla de cartón cabía, se decidió por retirarlo. Hay que esperar a que el marmolista le de unos retoques al hueco dejado para que entre y asiente bien. El candelabro vuelve un año después a la calle Concepción pero arrinconado, ocupa el espacio marginal donde estaba el kiosco y que se eliminó para facilitar la visión de la parroquia. Ahora el candelabro, que deja el centro de la calle en la que ofrecía otro aire, aparece como estampado en la parroquia. Eso sí, dentro del espacio que quiere limitar a la parroquia, con nuevos bancos y macetones e iluminación indirecta que deja a oscuras toda esta zona.

No se sabe si habrá que ver al candelabro-itinerante por otros muchos sitios de la ciudad, por lo pronto ha vuelto a este punto desde donde fue arrancado por un nuevo proyecto de enlosado de la calle Concepción que firma Águeda Domínguez; habrá que estar atentos a lo que se le ocurre ahora con el entorno de la estatua de Moras Claro.

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