Con el filón del urbanismo subvencionado, será todo una jungla de asfalto. Se precipita en la ciudad el pulso de méritos políticos e institucionales, la cosecha para las elecciones municipales del 22 de mayo de 2011. El ejemplo recurrente, la reforma de la Gran Vía. En el limbo entre la financiación y la ejecución de los proyectos, las administraciones se disputan el protagonismo en la transformación de las calles, sin tregua y con un nuevo escaparate de inversiones: el plan de asfaltado de la capital.

Programado justo a tiempo para la campaña y directo a sofocar una de las críticas más persistentes, la ruta de los baches.

Claro está que ayer hubo guerra de comunicados institucionales cuando el Ayuntamiento salió a la palestra a anunciar el arreglo de 24 calles en rueda de prensa, sin hacer mención a la fuente de financiación, el Programa de Transición al Empleo, fondo autonómico que carga "íntegramente" -defendieron desde el Gobierno andaluz- con los costes de esta actuación, que además se traducirá en la creación de 20 puestos de trabajo en la ciudad.

Como ayer informó el concejal de Urbanismo, Francisco Moro, el Consistorio acaba de aprobar el pliego de condiciones para sacar a concurso estas obras por un montante de 1,2 millones de euros. Con los créditos anticrisis se da continuidad a una campaña de asfaltado que desde el Ayuntamiento se somete a revisiones anuales, pero que en esta ocasión -y ahí está la madre del cordero- ha podido beneficiarse de los recursos externos. Y en esa batalla se vapulean los anuncios de intervención, las administraciones controladas por el PSOE recordando que el equipo de Gobierno de Pedro Rodríguez no ha invertido ni un sólo euro en la ciudad en el último año, que todo han sido balones de oxígeno del Estado o la Junta, mientras los populares recuerdan que ese dinero extra proviene igualmente del bolsillo de los contribuyentes onubenses, administrado aquí con la realización de proyectos y licitaciones impulsadas desde el Ayuntamiento.

Polémicas aparte, desde ambas partes se desglosaron ayer los detalles de las obras que se van a desarrollar a partir de noviembre y cuyo ritmo va a estar altamente condicionado por la posibilidad de lluvias. A priori, el plan de asfaltado se desarrollará en seis meses. Decimos, con todo el don de la oportunidad para el 22-M.

Se trata de calles que necesitan una urgente reparación debido a los daños causados por las abundantes lluvias sufridas en el último invierno y que, a pesar de intentarlo, no ha sido posible subsanar en su totalidad usando los medios de mantenimiento habituales.

Entran en el plan la avenida Palomeque, calle Doctor Cantero Cuadrado, avenida Pío XII, avenida Galaroza, calle Cervantes, avenida Andalucía, avenida Santa Marta, carretera Huelva-Ayamonte, calle Magallanes y Cruce, calle Fray Junípero Serra, calle Alonso de Ercilla, avenida de las Flores, calle Alanís de la Sierra con Camino del Saladillo, entrada Hospital Juan Ramón Jiménez, calle Doctor Juan Nicolás Márquez Domínguez, rotonda V Centenario, calle Ramón Menéndez Pidal, avenida Federico Mayo, calle José Manuel Carrión, calle Mackay Macdonald, avenida Unión Europea, Paseo de las Palmeras, calle Ruiz de Alarcón, Paseo Independencia, y calle Cuesta de las Tres Caídas.

Este servicio de conservación y mantenimiento básicamente consiste en un refuerzo de firme mediante mezcla asfáltica en caliente, respetando la alineación horizontal de las mismas, pero corrigiendo, pequeños desajustes en la rasante. Se respetarán en todo momento los servicios existentes, se colocará señalización y se dará aviso a los vecinos con antelación al inicio de las actuaciones, a fin de desocupar las calles.