Huelva

"Marruecos no quiere saber mucho del conflicto del Sáhara"

Mila Ramos, presidenta de la asociación Mujeres en zonas de conflicto, afirmó que el conflicto del Sahara Occidental es "un conflicto político", en el cual, opinó, "el papel de España debería ser de mediador con Marruecos, pero Marruecos no quiere saber mucho del conflicto del Sáhara Occidental".

Ramos añadió que, de este modo, "el papel del Estado español tendría que ser presionar al gobierno de Marruecos de alguna manera para solucionar lo antes posible el conflicto político saharaui", y apuntó que el reino alauita "recibe muchas ayudas del Estado español", aunque precisó que éste "es un tema muy delicado".

Para la codirectora del curso, Fátima Aburto, diputada por Huelva en el Congreso, España tiene un papel de "mediador" en este conflicto, y que "no es compatible hacer presión con ser un país mediador". Aburto explicó que, si se ejerce presión, "te conviertes en un interlocutor incómodo para una de las partes, con lo que ya no haces un buen papel mediador", junto a que "lo que ha hecho España es mantener vivo el tema dentro de Naciones Unidas". La diputada apuntó que, desde el Congreso de los Diputados, uno de los objetivos que se pretende es impulsar "que las mujeres medien en este conflicto", ya que, a su juicio, "que las mujeres medien aportaría más posibilidades de solución".

Precisamente el papel de las mujeres en los conflictos ha sido uno de los temas sobre el que ha girado la ponencia de Mila Ramos. "Tenemos que pensar que el 84% de los refugiados del mundo son mujeres y niños", señaló, y subrayó la "fundamental importancia de trabajar con perspectivas de género. Esto se debe, según Ramos, a que hay que tener en cuenta "las necesidades prácticas y los intereses estratégicos de hombres y mujeres".

La ponente abogó por que la sociedad civil tenga un mayor protagonismo en lo que se refiere a la resolución de conflictos, ya que "entre el 92 y el 98% de las víctimas son civiles". Es por esto, apuntó, que "la sociedad civil tiene que ser un actor importante y activo en esa construcción de la paz". Ramos declaró que muchas de las iniciativas en este sentido parten de los propios ciudadanos, y puso como ejemplo a los denominados como 'cafés de debate' en Bosnia. En ellos, "actores de las partes del conflicto se sentaban a hablar sobre cómo se podía construir esa paz, y, sobre todo, debatir qué se entiende por paz", la cual definió como "la ausencia de violencia estructural".

Según la presidenta de Mujeres en Conflicto, las acciones que lleva a cabo la sociedad civil en esas circunstancias tienen que ver con "la educación, la sensibilización, el aprovisionamiento o los servicios sociales". Al hilo de esto, Ramos mencionó a las redes ciudadanas presentes en Afganistán que tenían como objetivo "que las niñas pudieran seguir manteniendo la educación o que la sanidad esté garantizada para las mujeres".

Otro de los ejemplos a los que hizo referencia la ponente fue la situación que vive Ruanda, país en el que "las mujeres son mayoría en el gobierno", y, además, son quienes "están ocupando los cargos de mayor relevancia dentro de la sociedad civil".

Siguiendo con su intervención, Ramos también se detuvo en el caso palestino. De él declaró que se trata de un conflicto cuya solución "es complicada", pero que "pasa por la voluntad política y los actores sociales". Según sus palabras, para poder encontrar una posible solución "tiene que haber una voluntad política que tiene que actuar ya. No sólo por los gobiernos israelí y palestino, sino también por toda la comunidad internacional".

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