Huelva

Flores de la belleza por San Juan

  • En la Sierra de Huelva existe la tradición de lavarse la cara con agua y flores de San Juan el 24 de juniol elixir de hermosura Tres jóvenes de la aldea de La Umbría ponen en práctica una tradición de sus madres y abuelas.

Como dice la canción, la noche de San Juan es una de las más mágicas del año. Tanto es así que la imaginación vuela para atribuir a esta época de recogida de los frutos de la tierra nuestros mejores deseos.

En algunos lugares prefieren hacer hogueras y en otros quemar las cosas viejas de las que queremos desprendernos. En otras zonas como la comarca serrana se recogen las llamadas flores de San Juan o también llamado hipérico.

La celebración de la fiesta del santo en lugares como El Repilado o Linares de la Sierra se reviste de tintes cristianos y rezuma su ancestro pagano por los cuatro costados. Pese al interés de la iglesia por darle otra vertiente a la festividad, en algunos casos, se ha unido a temas esotéricos ya que cada vez están más de moda. Por otro lado, la tradición de recoger las flores en la víspera de San Juan nunca ha desaparecido y en los últimos años por distintas cuestiones está tomando un nuevo auge.

En el llamado solsticio de verano, que se produce un día antes de esta costumbre -es decir, del 22 al 23 de junio-, tiene lugar la noche más corta del año instituida como la víspera de San Juan. En muchos lugares de la comarca serrana se sigue manteniendo la costumbre de recoger estas flores de San Juan, a las que se les atribuyen poderes increíbles. No es una tradición sola y exclusivamente de la Sierra ya que en Galicia durante la tarde y la noche anterior al día 24 se recogen plantas y hierbas frescas, principalmente rosas, y se dejan en agua toda la noche al descubierto, de tal modo que tomen el rocío u orvallo de la noche. Así el agua adquiere propiedades mágicas, curativas y cosméticas, y pueden curar envidias. Toda la familia, en especial niños y chicas jóvenes, se lavan con el agua purificada por las plantas a la mañana siguiente.

También hay una tradición similar en el norte de Europa, concretamente en algunas zonas de Suecia.

Hasta hace poco tiempo, eran las mujeres mayores las que se encargaban de recoger las flores en la comarca. La tradición, como en el caso de Galicia, cuenta que se han de recoger las flores de San Juan la tarde anterior a la festividad del santo, y durante toda la noche dejarlas en agua a la luz de la luna, de donde según las leyendas, reciben sus poderes. Tras la noche de deseos, de promesas de salud y de belleza, la mañana siguiente será el momento propicio para que resurja la belleza una vez se lleve a cabo el lavado de la cara con estas flores. Esta práctica pasa de madres a hijas y a nietas.

Es el caso de Fátima, Amalia y Laura, que han decidido continuar con esta tradición en la aldea aracenense de La Umbría. "Aunque no sea verdad, al menos pasamos una tarde divertida, recogiendo flores" comentan estas chicas, que pueden ser las herederas de una tradición que se remonta hasta la época de los celtas.

Hay años en los que la flor de San Juan no predomina mucho, según la climatología existente en la primavera. Incluso el calor provoca a veces que las flores estén bastante secas. "Hemos visto flores en el margen de la carretera, pero esas no se pueden coger ya que están muy contaminadas", comenta Fátima.

A ellas les hubiera gustado celebrar una auténtica hoguera "como las que salen en la tele", señalan, pero saben que eso no es posible por la prohibición que existe de realizar fuegos en el campo.

En cualquier caso, pese a la dificultad de encontrar estas flores, estas chicas piensan continuar con esta costumbre de lavarse la cara la mañana de San Juan con las flores del mismo nombre porque, sea o no verdad, tienen en sí mismas cierto halo de magia que, a buen seguro, será de vital importancia para que el hechizo de belleza surta el efecto deseado. Y más aún en el espíritu juvenil con la que ellas mismas cuentan.

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