Huelva

La crisis y el tapón sintético arruinan el sector corchero

  • La escasez de ventas en 2009 deja en los alcornoques 7.500 toneladas de corcho · Los empresarios advierten del riesgo para el campo y el futuro de la dehesa

42

La saca del corcho en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche se ha paralizado este año hasta tal punto que unas 7.400 toneladas de esta ancestral corteza del alcornoque se quedarán agarradas al árbol por no tener comprador. La traducción inmediata de estos datos es clara: 7.400.000 kilos (161.000 quintales) que no tienen quien los saque. Una ocupación que cuando llega la canícula emplea a cerca de 3.000 personas, facilita actividad industrial a unas quince empresas onubenses que operan unidas en Isocor, la Asociación de Industrias del Corcho del Suroeste de Andalucía, y proporciona unos ingresos que superan los seis millones de euros en Huelva. Los jornales que se han venido pagando a los sacadores que operan en las 25.000 hectáreas onubenses han llegado hasta los 90 euros por día. El sueldo da una idea del quebranto familiar que supone la parálisis corchera.

Aunque estas cifras parezcan malas, la realidad es peor. El presidente de Isocor, Javier Benítez, confiesa que gran parte del corcho extraído en 2008 está aún por vender y eso que la cosecha del pasado ejercicio era de las más pequeñas que se recuerdan en la serranía onubense.

En 2009 tocaba una de las cosechas del siglo por lo que Benítez augura que se quedará colgada del árbol, con la consiguiente pérdida de empleo y calidad de la materia prima que se recoge cada nueve años pero que aguanta hasta un máximo de doce in situ.

Esta peculiar crisis del corcho tiene un antecedente directo. Benítez asegura que la venta de vino en España se ha desplomado un 50% dejando millones de botellas por rellenar y por cerrar con el clásico tapón. De las bodegas depende el 80% del corcho que se consume. Como si de una maldición bíblica se tratara, al aumento de los stocks de botellas se une la perniciosa moda de cubrir el vino con plástico, una costumbre que según Isocor ha venido a hundir más las ventas. De momento, "el buen vino se salva del plástico y exige corcho de primera calidad", dice Benítez.

Los fabricantes de derivados del corcho también unen sus voces al coro de reclamaciones.

Juan Jesús Sánchez, representante de Corchos del Condado y portavoz de una firma familiar bollullera que lleva cuatro generaciones en el mercado nacional e internacional, cree que la Administración "puede hacer más por el sector". También la europea, que nunca ha permitido que sus cuantiosos fondos de desarrollo regional beneficien al sector. Hasta ahora se ha dejado que el tapón sintético, fabricado a partir de derivados del petróleo en muchos casos, campe a sus anchas.

Sánchez cree que una de las soluciones pasa por la colaboración de Unión Europea (UE) y el reconocimiento de la dehesa como ecosistema para dotarlo de medidas de protección.

El portavoz de Corchos del Condado recuerda que hasta ahora "los nuevos ricos han ido comprando fincas de encinas y alcornoques para ocio y caza pero los que verdaderamente se preocupan por los campos son los propietarios tradicionales que ven cómo año tras año sacan un menor rendimiento", añade.

Juan Jesús Sánchez asegura que "si el corcho fuera norteamericano cotizaría en bolsa como el oro. Pero resulta que el 80% de la producción mundial está en España y Portugal y claro países como Estados Unidos o Australia apuestan por el tapón sintético para no depender de nosotros. Y ahora, mercados emergentes en fabricación de vinos como Chile o Argentina también adoptan el tapón sintético". Eso sí, avisan que ese producto solamente se puede usar en vinos de consumo rápido y no para crianza, reserva o gran reserva.

Los productores de tapones de corcho de Huelva piden a las autoridades que se preocupen más por controlar incluso la producción ecológica pues se han detectado bodegas que emplean tapones sintéticos en lugar de corcho, un producto que garantiza la oxigenación del vino y con ello la calidad futura del caldo.

La ausencia de descorche en los campos de los principales pueblos productores (Aracena, Puerto Moral, Higuera de la Sierra, Jabugo, Cortegana o Berrocal) también añade sufrimientos económicos a los propietarios de fincas y explotaciones ganaderas de porcino ibérico que acostumbraban cada temporada a obtener un complemento de renta en la venta del quintal de corcho (46 kilos) que este año se cotizaría a 42 euros (7.000 pesetas) cuando otras temporadas ha llegado a 120 euros o 20.000 pesetas. Un daño colateral aprovechado por la banca para recortar financiación al maltratado sector forestal que para colmo de males asiste impotente a la pérdida de calidad y rendimiento.

Javier Benítez explica que el único corcho que está teniendo alguna venta es el de buen calibre, aunque vale un 40% menos que otros años. El resto no tiene salida. Aunque ese "resto" puede convertirse en totalidad el año que viene si no se saca, ya que el calibre va aminorando con el tiempo y no tiene salid a en el mercado.

El presidente de Isocor señala que las señales de alarma se van extendiendo poco a poco por todo el agro serrano ligado a la dehesa y la ecuación sigue añadiendo resultados negativos. Javier Benítez comenta que "si el corcho no se recoge por falta de rentabilidad, las explotaciones no se van a cuidar, no habrá labrado del suelo ni poda por lo que aumentará el riesgo de incendios debido a la suciedad del bosque".

Desde la Asociación de Industriales del Corcho de Andalucía, Huelva, Sevilla, Cádiz, Córdoba y Málaga, además de Extremadura, Toledo y Cataluña, vaticinan la desaparición del sector, por lo que han solicitado al Gobierno de la nación un plan de rescate que valoran en 70 millones de euros.

Isocor ya se ha puesto manos a la obra para aglutinar a los ayuntamientos, asociaciones agrarias y forestales y buscar el apoyo de la Consejería de Medio Ambiente para que eleve la voz ante el Gobierno central.

Javier Benítez reconoce "que hasta ahora la Junta de Andalucía nos ha dado una atención correcta y ha habilitado ayudas pero éstas resultan insuficientes para poder seguir trabajando".

Isocor envidia a Portugal. Un país que ha elaborado un ambicioso plan de rescate valorado en 180 millones de euros. "Esa celeridad en las ayudas ha convertido al sector del país vecino en una competencia desleal", dice Benítez. Medidas como habilitar líneas de crédito en plena sequía financiera, capital riesgo, seguros a la exportación y campañas de promoción suenan a mandarín en España.

De momento, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía está desarrollando un plan de actuaciones en los alcornocales de siete provincias andaluzas, con el que pretende preservar su valor ecológico.

Esta iniciativa cuenta con 33 millones de euros de presupuesto y se desarrolla entre los años 2008 y 2012. Paralelamente, la Consejería realiza desde 1995 un programa de mejora de monte y alcornocal. Este servicio incluye el plan Calas, una campaña para conocer la calidad del corcho andaluz. El programa es gratuito y está puesto a disposición de los propietarios públicos y privados de monte alcornocal para conocer la calidad del corcho que producen.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios