Huelva

Cultura protege el espacio subacuático de Huelva por su interés arqueológico

  • La zona de servidumbre abarca al Puerto de la Laja, río Guadiana, zonas portuarias de marismas del Odiel y Arenas Gordas en el Guadalquivir

La Consejería de Cultura, a través de la Dirección General de Bienes Culturales, ha declarado como Zonas de Servidumbre Arqueológica varios espacios subacuáticos definidos en las aguas de nuestra provincia. Una declaración que, como novedad, supone la protección del patrimonio en una serie de espacios subacuáticos en los que se presume fundamentalmente la existencia de restos arqueológicos de interés y, por tanto, se considera necesario adoptar medidas precautorias con las que evitar, entre otras amenazas, el expolio.

Las zonas de servidumbre arqueológica de la provincia de Huelva están definidas en el Puerto de la Laja, río Guadiana, zonas portuarias de las Marismas del Odiel, así como Arenas Gordas en la desembocadura de Guadalquivir.

Espacio situado en la margen izquierda del río Guadiana, en el término municipal de El Granado, constituía la zona de embarque del mineral procedente tanto del enclave minero de Santa Catalina como de las antiguas minas de las Herrerías.

En el Puerto de la Laja se encuentran unas instalaciones que fueron construidas en el año 1885 siendo ampliadas en el año 1923 por la compañía Saint-Gobain quien, en el mismo año, amplió el calado del río por medio de un dragado consiguiendo así la entrada de barcos de mayor tonelaje. La actividad minera duró hasta mediados de los años 60, momento en el que la explotación dejó de ser rentable, lo que conllevó el progresivo deterioro de las instalaciones, así como el abandono del poblado.

En lo que se refiere al río Guadiana ha formado parte de una importante vía de comunicación para las zonas mineras, desde donde se embarcaba el mineral pudiendo tener así un fácil acceso al mar, tal y como queda demostrado por los yacimientos terrestres existentes. Igualmente, debe ser tenida en consideración su importancia como zona fronteriza entre España y Portugal. En cuanto a los materiales aparecidos durante los trabajos de dragado llevados a cabo en esta zona se localizaron diversos cantos tallados.

Por otra parte, el interés de la zona comprendida entre las desembocaduras de los ríos Tinto y Odiel, donde debido a los aportes de estos ríos, los calados se ven seriamente afectados. En consecuencia, son imprescindibles los trabajos de dragado, tanto para el aumento de calado como para la construcción de elementos de infraestructuras portuarias (puertos, espigones...), por medio de los cuales se han extraído diversos materiales arqueológicos: objetos de bronce adscribibles cronológicamente al Bronce Final; monedas de oro de los siglos XVI y XVII, así como dos cañones de bronce de la misma cronología.

Por bibliografía y otras informaciones se tiene conocimiento de la extracción de dos estatuillas de bronce, hoy depositadas en el Museo de Huelva, además de la existencia de naufragios como la cañonera Tigre en 1810. Por otro lado mencionar que el Museo cuenta con material depositado procedente de diversos dragados que se han llevado a cabo con el fin de facilitar la navegación por el canal de acceso al puerto, como fragmentos de cerámica griega y un florín de oro. Como elemento relevante depositado en el Museo Arqueológico Nacional es el denominado casco griego, localizado en 1930 en el Puerto de Huelva.

Con respecto a la zona de Marismas del Odiel indicar que la formación de estas marismas se ha producido por los aportes sedimentarios de los ríos Tinto y Odiel, ambos navegables en la antigüedad. En ella se localizan múltiples asentamientos que comprenden una amplia banda cronológica -desde época púnica a moderna-, y que se encuentran localizados en tierra, pero directamente relacionados con la Ría, teniendo incluso algunos de ellos restos sumergidos.

La importancia que la actual provincia de Huelva ha tenido a lo largo de la historia desde el punto de vista comercial, ha permitido una amplia presencia de distintos pueblos desde la Protohistoria hasta época contemporánea, como fenicios, griegos o romanos. La comercialización de los productos más destacados de la zona, sobre todo la minería, se realizaba, en su mayor parte, por vía marítima o fluvial, por lo que el litoral onubense adquirió una gran relevancia desde el punto de vista naval. Sin embargo, el gran impulso marítimo de la zona viene de la mano del descubrimiento de América, con el consiguiente auge del tráfico naval y comercial gracias al cual el Atlántico se vio surcado por embarcaciones que transportaban todo tipo de mercancías. En definitiva, el que toda esta franja costera fuera una zona visitada por embarcaciones desde la Antigüedad, posibilitó que se transformara en un espacio en el que los naufragios fueron frecuentes a lo largo de los siglos. Con el análisis de la bibliografía así como de los distintos documentos históricos obtenidos en el Archivo General de Indias y en el Instituto Hidrográfico Nacional, ha sido posible conocer las zonas en las que existen un número de pecios considerable a lo largo del litoral onubense. Tras el análisis de la documentación, se puede constatar que en Arenas Gordas tuvieron lugar la mayor parte de los naufragios. Esta circunstancia se explica si se tiene presente que los fondos sufren una constante variación, por los aportes de arena que tienen su origen en las dunas móviles de Doñana. Son estos aportes los que dan lugar a la formación de bancos arenosos que ya en la Edad Moderna provocaban el naufragio de numerosas embarcaciones en esta costa, empujadas por el viento a esta zona o por las bandas corsarias.

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