Ninguno de ellos podía sospechar hace dos años que pasaría de la alegría de sentirse propietario de una vivienda social a verse obligado a renunciar a ella por falta de financiación o empleo. En poco más de medio año ya son más de mil los onubenses que han rechazado la VPO que solicitaron en su día. El motivo, la dificultad para poder hacer frente a los pagos, ante el incremento del desempleo, o la imposibilidad de conseguir que una entidad bancaria decida financiar la compra. El resultado, en tan solo cuatro meses casi se han triplicado los rechazos de viviendas sociales.

Las primeras alarmas empezaron a saltar hace siete meses, cuando comenzaron a acumularse rechazos en la promoción de VPO que se levantó en Marismas del Polvorín. En noviembre ya eran más de 300 los propietarios que se echaron atrás, cifra que a día de hoy casi se duplica. En ese período prácticamente se había paralizado (por falta de candidatos) la venta de las otras dos promociones sociales que existían en la capital: Seminario (con 36 viviendas) y Parque Moret (con 136 viviendas), una situación que continúa en la actualidad, lo que ha provocado que por primera vez se agote un listado de candidatos a la compra de VPO en la ciudad. En el primer caso, la lista de 1.400 aspirantes ha ido corriendo y mientras unos han ido perdiendo su oportunidad, otros la han ido encontrado en un listado de reserva que nunca creyeron que pudiera correr tantas posiciones (para 63 viviendas se han hecho más de 400 llamadas o comunicados). En el segundo, la situación llega al límite y ya no hay a quien llamar porque han sido más de 500 las renuncias (de 513 candidatos que había para esas 172 viviendas).

El principal problema que están encontrando los 'propietarios' es el pago de la entrada de las viviendas (por un valor equivalente al 20% del precio total) que exige todo promotor antes de formalizar la escritura. De ahí que la mayor parte de las renuncias se concentra en los meses inmediatamente anteriores a la fecha prevista para la entrega de llaves. Ni el medio año de espera desde la solicitud de la vivienda hasta que se realiza el sorteo, ni el tiempo transcurrido desde entonces (otro año y medio) a la entrega de llaves, ha permitido a esos beneficiarios poder hacer frente a los pagos iniciales.

Pero además, según se confirma desde la Empresa Municipal de la Vivienda, los bancos han cerrado y grifo y cada día exigen más garantías para pedir conceder una hipoteca, lo que ha llevado al Ayuntamiento a intentar (dentro de sus posibilidades) mejorar las condiciones de venta de las viviendas que se han quedado sin propietarios. "Estamos intentando dar más por el mismo dinero", segura el concejal de Movilidad, José Luis Barragán. Pero aún así, hay más viviendas que solicitantes.

La capital onubense carece de un censo oficial de demandantes de viviendas protegidas, si bien la estimación que hasta mediados del año pasado servía de base a los planes municipales rondaba las 10.000 solicitudes para la próxima década. Y es que, con importantes oscilaciones, la demanda de VPO y de Viviendas de Iniciativa Municipal y Autonómica se pulsa en Huelva en función de la barriada en la que se oferten las promociones, hasta el punto de que no resulta operativo para el Ayuntamiento elaborar un registro único de demandantes, sino listados específicos para cada sorteo. Las convocatorias de los últimos años se han anclado en una ratio de 15 demandantes por vivienda sorteada, pero la realidad ha cambiado drásticamente en unos meses y ahora, teniendo únicamente en cuenta la promoción de Seminario y Parque Moret (que comparten lista) deja una media de tres candidatos por cada vivienda y todo apunta a que seguirán vacías si no se consigue mejorar las condiciones financieras.