Son la administración con una tesorería más precaria y por tanto la que está sufriendo con más fuerza los efectos de la crisis. Los ayuntamientos han visto disminuir sus ingresos a lo largo del año 2008 por la profunda crisis de la construcción y la caída general de toda la actividad económica y han elaborado (o están elaborando) para este año unos presupuestos ajustados a una coyuntura económica de recesión y una reducción aún mayor de los ingresos. De ahí que las previsiones de los principales pueblos de la provincia pasen por reducciones de entre un 10 y un 43% respecto a las cuentas de años anteriores.

Esta reducción va en consonancia con la que se espera en el conjunto de Andalucía. Según las previsiones de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias, para este año los presupuestos municipales caerán al menos un 20 o un 30% respecto a los de 2008. En toda la comunidad han caído los ingresos por licencias de obra, de apertura o la que era una de las principales fuentes de financiación de los ayuntamientos, la venta de suelo. El resultado es que los consistorios tienen que ajustar los presupuestos de ingresos, teniendo en cuenta además que los ayuntamientos de la provincia (exceptuando el de la capital) sólo ingresan un 74% de lo previsto en los presupuestos, como detalla el último informe de la Cámara de Cuentas de Andalucía.

El Ayuntamiento de Almonte fue el primero en apretarse el cinturón. En el mes de noviembre aprobaba su presupuesto para este año, de 33,8 millones de euros con una reducción del 14% en la previsión de ingresos y un presupuesto de gastos de 31,3 millones. En el caso de Gibraleón, con las cuentas también aprobadas, ha habido una reducción del 10,6% en el presupuesto, que disminuye hasta los 13,4 millones de euros. Isla Cristina se sitúa en parámetros similares , con un descenso de un 11% en las cuentas para este año, que sumarán 40 millones de euros. Mucho mayor es el descenso de otro de los presupuestos ya aprobados por el Pleno correspondiente; Bollullos ha visto decrecer sus cuentas en un 43% respecto a las del pasado año, con 7,8 millones frente a los 13,7 que el ayuntamiento gestionó en 2008. En el caso de Lepe, la reducción llegó ya con el presupuesto del pasado 2008; al ser aprobado en el cuarto trimestre del año, cuando los ingresos ya habían sufrido un fuerte decremento, las cuentas de Lepe disminuyeron en un 17% respecto al año anterior, con 31,7 millones en 2008 frente a los 38,25 de 2007.

Ante la temida reducción de ingresos, las palabras mágicas en todos los ayuntamientos de la provincia son austeridad y contención del gasto. Como explica el primer teniente de alcalde de Cartaya, Miguel Novoa, los ayuntamientos están apostando por "una reducción de gastos, la reorganización departamental y sobre todo control de los gastos corrientes". En el caso de Cartaya, con el presupuesto todavía en elaboración, se espera una reducción de las cuentas de como mínimo un 20% respecto al año anterior, después de una fuerte caída de las licencias de obra. En el municipio cartayero se ha puesto en marcha un amplio paquete de medidas 'anticrisis', que van desde el control del consumo eléctrico o telefónico hasta la búsqueda de financiación bancaria para "inyectar liquidez a las empresas. Queremos pagar a los proveedores que están pendientes y garantizar un pago rápido a los que vengan a partir de ahora".

Las medidas 'anticrisis' son una expresión extendida por los ayuntamientos. En el caso de Moguer su alcalde, Juan José Volante, asegura que "lo primero que hemos hecho es un recorte de los gastos menos necesarios, como fiestas o actividades culturales". Además, el equipo de Gobierno tomó una decisión poco habitual en el mes de noviembre: los nueve concejales decidieron no cobrar sus sueldos y cedérselos a la tesorería municipal. "Lo que está claro es que no vamos a abandonar las políticas sociales", asevera Volante, en una frase que también es común a todos los consistorios, y recordando al mismo tiempo que más allá de crisis coyunturales los municipios tienen un problema estructural por la insuficiente financiación.

Ante la falta de ingresos los ayuntamientos que pueden hacerlo optarán por endeudarse. Ese es el caso de Aljaraque, cuyo alcalde, José Martín, asegura que ya en el año 2008 las previsiones de ingresos que se hicieron quedaron completamente obsoletas, de forma que de los ingresos previstos por construcción "no se ha cumplido ni siquiera un 10%". Por ello, además de continuar con una política de contención de gasto "puede que tengamos que endeudarnos, algo que no nos preocupa demasiado porque tenemos una situación saneada. Entendemos que es más importante mantener el empleo y promover inversiones".

Pocas excepciones habrá a esa regla de la reducción de ingresos, aunque quizás uno de los ayuntamientos de la provincia que se vea menos afectado sea Palos de la Frontera. Este municipio tiene a su favor los alrededor de tres millones de euros que pagan en impuestos las industrias asentadas en el Polígono Nuevo Puerto, una cantidad estable que "nos permite tener una cierta regularidad en los ingresos", asevera su alcalde Carmelo Romero. No obstante, también Palos espera una reducción de en torno a un 10% en sus presupuestos por el parón de la actividad económica. En la Sierra, en Aracena, tampoco se esperan grandes recortes gracias a que, según su alcalde, Manuel Guerra, "siempre hemos llevado una política de austeridad".

Dentro de las penurias económicas, los ayuntamientos también destacan en positivo la cantidad consignada dentro del Fondo estatal de Inversión Local y del Programa de Transición al Empleo de la Junta, una cantidad que no se contabiliza en los presupuestos pero que permitirá aliviar las cuentas de los ayuntamientos al sacar de ellas las obras ejecutadas a cargo de estos fondos. Su resultado efectivo se verá a finales de año.