Galicia, Córdoba, Castellón, Jaén... y también Huelva. La tensión interna de Ciudadanos burbujea en el seno del grupo municipal después del ajetreo de este verano. Las diferencias de criterio y de planteamientos terminaron de tensar la cuerda en agosto y han puesto sobre la mesa de la dirección del partido el cambio de la portavocía del grupo, que hasta ahora recae en María Martín. La propuesta pasa por que asuma el cargo el también concejal Enrique Figueroa, que completa la representación municipal junto a Ruperto Gallardo, presidente del grupo. Ambos en un lado de la mesa, frente al de su portavoz. La permuta se fragua hace meses, a pesar de que la formación naranja nunca ha reconocido que hubiera crisis o malestar interno. Ante la pregunta, la respuesta de los miembros del partido siempre ha sido conciliadora, pero sólo de puertas para fuera. Dentro se sabe bien que la realidad es otra y en pequeños círculos se reconoce y se habla de "diferentes ritmos de trabajo". Incluso se apunta a un "distanciamiento" que termina por explotar por "egos" y cierto "afán de protagonismo".

La tensión onubense coincide con la de otras ciudades y el partido se ve obligado a entrar en juego. Se convoca una reunión en Sevilla que se lleva a cabo el 15 de septiembre, en la sede de C´s. Acuden varios representantes de la dirección y los concejales de Huelva. Pero hay dos reuniones diferentes. Primero, con la portavoz y después, con los otros dos concejales. Se acuerda llevar a cabo ese cambio para tapar la ebullición de la crisis y Martín, aunque no está de acuerdo, accede a ello porque se pone "en manos del partido". Todo hacía pensar que ese cambio se iba a presentar en el pleno del próximo miércoles, pero en la junta de portavoces del pasado viernes se comunica que no se incluye por algún tipo de error de forma (el documento que pasa por registro tiene una sola firma cuando, según se sobreentiende, debe llevar al menos la de dos de los tres concejales del grupo).

A pesar de ello, parece que todo sigue su curso y más ahora que se destapa la rigidez interna y la división entre grupo y un partido que pierde fuelle después de su espectacular entrada en el panorama provincial. Sin hacer ruido fue engranando la maquinaria a lo largo de 2014 para dar el gran salto en las municipales de 2015. En los comicios de mayo fueron casi 6.000 onubenses los que decidieron apostar por esa nueva política que abandera la formación naranja para hacerse hueco y ganar peso en medio del bipartidismo. El apoyo de los onubenses les aupó hasta el tercer puesto en el Ayuntamiento, con tres de sus 27 concejales. Pero un año después, la fuerza naranja ha perdido chispa. La puerta la abrió en marzo de este año Rafael Corrales (candidato número uno al Congreso de los Diputados de Ciudadanos por Huelva en las generales de 2015) al presentar su dimisión y pedir la baja en la afiliación del partido por "ver algunas cosas raras aquí en Huelva" que no le gustaban. Eso obliga a un cambio en las listas del 26 de junio, que encabeza Manuel Repiso (número tres en la anterior candidatura). Su nombre como posible número uno salió a la palestra tras un nuevo escape (esta vez en forma de renuncia) la de quien ocupara el segundo puesto, Javier Gutiérrez. En el camino, se abre paso un tercero en liza, Carlos Hermoso, cuya presencia deja a la luz la fricción entre los partidarios de Julio Díaz, principal referente del partido en la provincia, diputado andaluz y hombre fuerte de C's en la Cámara autonómica, y los que no lo son. De ahí que las malas lenguas justificaran que Hermoso se quedase atrás por no ser de la cuerda de Díaz.

Sea como fuere, hoy la brecha está abierta y más aún después de que esta semana Ruperto Gallardo atribuyera a la situación personal de Martín (de baja con un embarazo de riesgo) el cambio de portavocía. Algo negado de forma tajante por Martín; sobre todo, al tener en cuenta que ese cambio ya aparecía en el orden del día del pleno de julio, aunque el punto fue retirado finalmente a petición de la formación.